La combinación de la energía de nuestros jóvenes, la vasta experiencia de nuestros adultos mayores y la práctica diaria de valores fundamentales, contribuye a una sociedad más robusta y solidaria

Las generaciones y los valores son cimientos para el desarrollo – La riqueza de una sociedad se mide no solo por sus recursos materiales, sino por la vitalidad de su juventud, la sabiduría de sus mayores y la fortaleza de sus valores humanos. En Maturín, esta interconexión generacional y ética se perfila como un pilar fundamental para el progreso y la cohesión social.
El cultivo de valores como la empatía, la honestidad, el respeto, la responsabilidad y la solidaridad no es una opción, sino una necesidad considerable para el desarrollo social y la convivencia armónica. Estos valores trascienden la edad y son el cimiento sobre el que se construye una sociedad justa y equitativa.
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La práctica de estos valores en el día a día fortalece la confianza, promueve la cooperación y fomenta un sentido de comunidad que es vital para superar adversidades y alcanzar metas colectivas.
El verdadero motor de una sociedad como la nuestra en Maturín reside en la armoniosa interacción entre la vitalidad y la visión de la juventud, la invaluable sabiduría y experiencia de nuestros adultos mayores, y el arraigo profundo de los valores humanos.
Estas tres fuerzas, lejos de ser independientes, se entrelazan para formar una comunidad resiliente, innovadora y solidaria.
EO// Redacción: Nangelys Gamboa