La verdadera solución a la crisis de los residuos no reside en quemarlos
¡No más humo, más futuro! No a la Incineración de Residuos

¡No más humo, más futuro! No a la Incineración de Residuos –. A menudo presentada como una alternativa eficiente para manejar grandes volúmenes de desechos, esconde un costo invisible pero devastador. Al quemar nuestra basura, no la hacemos desaparecer; simplemente la transformamos en un cóctel de contaminantes atmosféricos que envenenan el aire que respiramos y gases de efecto invernadero que aceleran la crisis climática que ya golpea a nuestro planeta.

Dioxinas, furanos, metales pesados y partículas ultrafinas son solo algunos de los fantasmas que emergen de las chimeneas de las incineradoras, sembrando enfermedades respiratorias, cáncer y otras afecciones en las comunidades cercanas.

Más allá de la contaminación del aire, la incineración genera toneladas de cenizas tóxicas, un subproducto peligroso que debe ser dispuesto en vertederos especiales, trasladando el problema de la basura a un nuevo formato igualmente nocivo. Pero quizás el impacto más insidioso de la incineración es cómo desincentiva lo que realmente importa: la reducción, la reutilización y el reciclaje.

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Al garantizar un suministro constante de “combustible” para estas plantas, se desvía la atención y la inversión de soluciones verdaderamente sostenibles. Relegando la economía circular a un segundo plano.

La verdadera solución a la crisis de los residuos no reside en quemarlos, sino en no generarlos. Es una llamada a la responsabilidad individual y colectiva:

  • Reducir nuestro consumo, optando por menos empaques y productos duraderos.
  • Reutilizar todo lo posible, dándole una segunda vida a los objetos.
  • Reciclar y compostar con disciplina y conciencia, transformando lo que antes era basura en recursos valiosos.
  • Exigir a nuestras autoridades y a la industria la implementación de políticas de producción más limpia y sistemas de gestión de residuos que prioricen la economía circular.

Tenemos la oportunidad de ser parte de esta transformación, de adoptar prácticas que nos conduzcan a un futuro más limpio, sano y próspero, libre de las cenizas y los humos de la destrucción.

EO// Redacción de: Nangelys Gamboa