Estamos asistiendo a un fuerte resurgimiento del interés por la Luna.

“Creemos que la Luna tendrá 1.000 habitantes en 2040”. Después de la relativa quietud que emergió tras el fin de la carrera espacial, más de una decena de países han puesto en marcha iniciativas cuyo objetivo principal es alcanzar la superficie lunar. En estos tiempos, a diferencia de lo que sucedió décadas atrás, la presencia de los actores privados está presente que nunca.

Muchas compañías ya no se conforman con ser meros contratistas de agencias espaciales gubernamentales. Por el contrario, quieren tener un rol protagónico en esta nueva era de exploración espacial. Una de ella es ispace, una compañía japonesa que pretende convertirse en una piedra angular de la “economía lunar”. ¿Cómo pretende hacerlo? Desarrollando infraestructura espacial.

El primer alunizaje privado

Ambiciones de origen privado sobre nuestro vecino rocoso no escasean. Hay a quienes se les ha ocurrido poner centros de datos en la Luna o incluso quienes hablan de construir ciudades sobre ella. Lo cierto es que muchas de estas ideas, si bien tienen ciertas posibilidades de hacerse realidad, se encuentran muy bien desarrolladas sobre el papel, pero todavía no han empezado a materializarse.

ispace pretende convertirse en la primera compañía privada del mundo en alunizar. Y no se trata de un objetivo que deba tomarse a la ligera. Recordemos que solo Estados Unidos, Rusia y China han sido capaces de poner sondas robóticas en la superficie lunar. Más allá del logro histórico que esto puede significar, se trata del primer paso tangible de la empresa privada para alcanzar sus planes más grandes.

Para conseguirlo, precisamente, el 11 de diciembre de 2022 se lanzó desde Cabo Cañaveral, en Florida, la sonda Hakuto-R a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. El destino de esta nave privada, que en su interior llevaba dos rovers (uno de los Emiratos Árabes Unidos y otro de la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa) era el cráter Atlas, situado en el borde exterior del Mare Frigoris de la Luna.

Después de meses de espera, este martes a las 18:40 (hora peninsular española) debería haberse producido el ansiado alunizaje privado. Y decimos debería porque la misión no ha estado exenta de problemas. El centro de control de misión ha perdido contacto con Hakuto-R en el tramo final de la maniobra de descenso, un escenario que no estaba contemplado dentro del cronograma normal de eventos.

No obstante, el fundador y CEO de ispace, Takeshi Hakamada, brindó una declaración poco esperanzadora esta noche en una conferencia de prensa: “Tenemos que asumir que no completamos el aterrizaje en la superficie lunar”. Más tarde, la compañía publicó un comunicado de prensa en el que indicó que sus ingenieros “están tratando de confirmar el estado de la nave” y que brindarán información cuando esté disponible.

Las novedades, según ispace, puede que tarden en llegar. Según la compañía japonesa, los esfuerzos por retomar el contacto con Hakuto-R y conocer su estado real pueden demorar, horas, días o incluso semanas. La telemetría enviada por la nave hasta el momento en que se interrumpieron las comunicaciones también puede ayudar a entender lo que ha sucedido, aunque de momento solo queda esperar para tener certezas.

Con la mirada en 2040


Lo que conocemos del programa Artemis queda empequeñecido frente a la visión de futuro de ispace. Los japoneses imaginan a “Moon Valley”, una enorme ciudad lunar en la que habitan más de 1.000 personas en 2040. Para hacerla realidad, advierten será necesario construir desde cero una enorme infraestructura espacial que permita albergar vida humana a largo plazo de manera “sostenible y eficiente”.

En este sentido, ispace propone aprovechar los recursos hídricos lunares no solo para los habitantes del satélite natural, sino también para enriquecer nuestra vida en la Tierra y cimentar la economía espacial. “Ha llegado el momento de que el mundo reconsidere cómo explorar y desarrollar el espacio”, dicen en su página web e incluso van más allá. “La Luna es un nuevo escenario para los negocios”, afirman.

La compañía invita a imaginar una colonia avanzada que ha conseguido utilizar el agua en la Luna para obtener hidrógeno y utilizarlo como combustible, un elemento muy importante para los vuelos regulares entre la Tierra y el satélite. Además, sueñan con el desarrollo de una infraestructura a gran escala que incluya soluciones de comunicación digital, carreteras, agricultura, medicina y más.