La nueva investigación ha demostrado que los conocidos “anticuerpos inmunomoduladores” son efectivos cuando tienen una fuerza de unión más débil
Anticuerpos terapéuticos son más eficaces para tratar el cáncer. Los tratamientos contra el cáncer han avanzado mucho en las últimas décadas, pero los científicos continúan investigando para encontrar nuevas terapias más eficaces y con menos efectos secundarios. Cada 4 de febrero tiene lugar el Día Mundial contra el Cáncer, y justo antes del evento se ha publicado un nuevo estudio realizado por científicos del Centro de Inmunología del Cáncer de la Universidad de Southampton que ha revelado que modificar la intensidad con la que un anticuerpo se une a una diana terapéutica podría ayudar a combatir esta enfermedad.
La función de los anticuerpos consiste en detectar y señalar patógenos como virus y bacterias para que nuestro sistema inmunitario pueda eliminarlos, y para contribuir en la prevención de una nueva infección el sistema inmune adapta estos anticuerpos para se unan con más fuerza a estas dianas u objetivos, lo que se conoce como mayor afinidad.
La inmunoterapia para tratar el cáncer se basa en este mismo concepto: los anticuerpos de acción directa están diseñados para identificar a las células cancerosas y unirse a ellas para que el sistema inmune pueda eliminarlas. En los últimos años, estas terapias con anticuerpos han tenido éxito en algunos tipos de cáncer, pero todavía hay muchos pacientes con esta enfermedad que no responden a ellas o cuyos tumores se vuelven resistentes a las mismas.
Anticuerpos terapéuticos más eficaces contra el cáncer
La nueva investigación ha demostrado que un tipo distinto de anticuerpos terapéuticos que se conocen como “anticuerpos inmunomoduladores” son efectivos para tratar el cáncer cuando tienen una fuerza de unión más débil. Cambiar la tensión de la unión se conoce como ingeniería de afinidad y en opinión de los investigadores esto podría ofrecer una forma más eficaz y flexible para tratar el cáncer. Los hallazgos se han publicado en Nature.
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Los anticuerpos inmunomoduladores se unen a los receptores de las células inmunes en vez de unirse a las células tumorales y alteran las señales que se transmiten a las células inmunitarias para potenciar y mejorar su actividad para eliminar las células cancerosas. Los investigadores examinaron tres receptores separados (CD40, 4-1BB y PD-1), y comprobaron que los receptores se agrupaban mejor y mejoraba la señalización en las células inmunitarias cuando la unión era más débil. Uno de ellos, CD40, mostró una mejor destrucción de las células tumorales.
El profesor Mark Cragg, del Centro de Inmunología del Cáncer señala que aunque cada vez hay más medicamentos de anticuerpos aprobados (más de 100 ahora en la clínica), sigue habiendo pacientes que no responden al tratamiento, por lo que “desarrollar nuevas estrategias para potenciar nuestros anticuerpos a través de técnicas como la ingeniería de afinidad es clave para brindar mejores tratamientos a los pacientes”.
“Nuestro estudio sugiere que al cambiar la afinidad podemos ajustar efectivamente el anticuerpo al nivel y la actividad deseados”, dijo. Agregó que “es importante destacar que los anticuerpos inmunomoduladores se dirigen al mismo receptor en las células inmunitarias y, en teoría, pueden usarse para muchos tipos diferentes de tumores, lo que abre más oportunidades de tratamiento para más personas. Actualmente, las principales aplicaciones se encuentran en oncología, pero, en principio, el mismo enfoque podría usarse para anticuerpos que tratan trastornos autoinmunes y enfermedades inflamatorias”.
EO// Con información de 800 Noticias