Cáncer no es igual a muerte

Mientras el doctor lee y explica el diagnóstico, ese que ninguna mujer ni ningún ser humano desea escuchar, las palabras «me voy a morir» retumban en sus cabezas, bloqueando cualquier otro ruido a su alrededor e incluso de esperanza y fe, y es natural el temor ante la dura realidad que empiezan a atravesar
Cáncer no es igual a muerte

Cáncer no es igual a muerte-. Así lo relatan cada una de esas damas que han pasado por esta dura batalla, no hay una que no haya concordado en esto mismo, por lo que nos llama la atención de empezar y nos impulsa a quererles sembrarles que el cáncer no debe ser sinónimo de muerte.

Una de estas mujeres que nos dio la oportunidad de conocer su proceso, la monaguense Angie Roca, amante de la locución en el mundo deportivo, relataba en su testimonio, que su médico le explicaba que el cáncer es una enfermedad de emociones, por lo que si son negativas, estas afectan su salud interior; una baja autoestima, ansiedad, depresión que actúan debilitando su sistema inmunológico y conlleva a empeorar su situación.

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Y es que aunque no es fácil para ninguna mujer, en este caso que hablamos de cáncer de mama, aunque es importante recordar que por lo menos el 1% de los hombres también lo pueden desarrollar, la feminidad de la mujer es muy golpeada, al caérsele el cabello, verse sus ojeras muy marcadas, piel quemada, kilos de más o quizás mucho menos, hacen entristecerlas.

Queremos fomentar en eses mujeres luchadoras y valientes que tener la enfermedad no significa que morirás, pues gracias a los avances médicos, el cáncer es curable, especialmente si se detecta a tiempo y aquí es el llamado a todas las damas, a tocarse, a hacerse el autoexamen, a no temer y actuar a tiempo.

Si bien el cáncer puede ser una enfermedad grave, las tasas de supervivencia están aumentando y se puede vivir con él como una enfermedad crónica si no es curable. Factores clave como la detección temprana, la actitud positiva, el apoyo emocional y el cumplimiento de los tratamientos son cruciales para el éxito. 

Y recordar que solo Dios es el dueño de nuestras vidas, él nos las dio y nos la quita a su tiempo y voluntad, con la esperanza de un futuro reencuentro, no temas y confía en él, entrégale tu corazón y obtendrás esa paz espiritual que tanto necesitamos en cualquier circunstancia que estemos atravesando.

Redacción de: Lcda. Carlenis Avendaño