Una de las soluciones más a la mano en un futuro cercano para aplacar los efectos devastadores de las sequías
Incrementar la fotosíntesis de las plantas puede mejorar el uso del agua

Incrementar la fotosíntesis de las plantas puede mejorar el uso del agua-. Un alga que contiene una proteína que aumenta la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas, se ha incorporado a las del tabaco. El resultado es prometedor; además, el uso de agua necesaria disminuyó, un avance que apunta a una forma de manejar los tiempos de sequía y sus devastadoras consecuencias, en un futuro cada vez más cercano.

La técnica se enfoca en la fotosíntesis, ese proceso complejo que las plantas realizan usando la luz del sol y el dióxido de carbono para producir nutrientes que alimentan el desarrollo de las plantas.

Aumentar la fotosíntesis producirá enormes beneficios no solo para un mayor rendimiento agrícola, sino que significa sobrepasar impedimentos que se hacían casi imposibles de lograr en el pasado.

Los investigadores usaron procesos de manipulación genética para aumentar la producción de una enzima que existe dentro de las plantas de tabaco usando una enzima venida de una bacteria, vía una proteína de un alga.

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Las plantas resultantes tuvieron la habilidad para convertir la energía de la luz en energía química aumentada de forma considerable. Para sorpresa de los investigadores, las plantas necesitaron mucha menos agua para su alto rendimiento.

Ya con estos resultados previos, los científicos, de la Universidad de Essex en el Reino Unido, esperan refinar la tecnología para adaptarla a otras plantas como la soya, el millo y el arroz. El mejoramiento podrá aliviar algunas de las presiones que enfrenta el mundo con la crisis climática, y también, algo importantísimo, resolver la necesidad urgente de producir alimentos de una forma más eficiente.

Las algas ya han mostrado su potencial, usando la fotosíntesis, para capturar y almacenar el dióxido de carbono. Varios laboratorios están trabajando en el uso de las algas como biocombustible y como un aditivo que pueda disminuir las emisiones de metano.

Las tecnologías para manipular genes en plantas y animales han seguido su curso progresivo, no así las regulaciones, que han llevado a un estaticismo pernicioso. Muchos científicos en Europa piensan que ha llegado la hora de repensar esas posturas de cómo se ven y usan los modificados.

EO/// Con información recopilada de: Cierta ciencia