El miedo al fracaso, la incertidumbre y el apego a la rutina generan ansiedad y resistencia al cambio

Vivir en conformidad nos limita a crecer-. La zona de confort es un estado (físico y mental) en el que nos movemos con seguridad y sin asumir riesgos, lo que genera comodidad, estabilidad y baja ansiedad. Sin embargo, permanecer demasiado tiempo en ella puede limitar nuestro desarrollo, provocando estancamiento, apatía y falta de motivación para alcanzar metas importantes en la vida
Estar rodeado de comodidades, nos detiene a superarnos a nosotros mismos, conformándonos con lo necesario, sin saber que nuestra capacidad puede llegar más allá de lo que nuestra mente nos dice, paralizándonos solo para no tener que arriesgarnos o simplemente no atrevernos a vivir otras experiencias por temor al fracaso.
Leer también: El motor de la comunicación efectiva y el bienestar es la clama
Vivir en una zona de confort no nos permite florecer y desarrollar nuestro potencial, nos apegamos tanto a lo conocido que no dejamos que surjan cosas nuevas por la incertidumbre que generamos constantemente a decepcionarnos de lo que pueda salir mal, formando un miedo continuo por no saber como salir de la rutina a la que estamos tan acostumbrados.
Salir de la zona de confort no significa abandonar la seguridad, sino ampliar nuestros horizontes y descubrir nuevas versiones de nosotros mismos. Como dijo Buda: “Nada es para siempre, excepto el cambio”.
¿Cuántas veces hemos preferido lo conocido, aunque nos limite, por miedo a lo incierto?
EO/// Redacción de Heidi Campos