No todas las historias de abandono tienen un final feliz

Una triste historia de abandono con final feliz –. Hace unas semanas se dio a conocer la historia de un perrito abandonado, detrás del Aeropuerto de ciudad de Maturín. Esta era la historia de miles de animales que son dejados a su suerte en las calles, encarnada esta vez por una nueva víctima. Un peludo color negro con marrón, que se mostraba asustado, recostado del marco de una puerta, frente a una casa. Se notaba cansado, hambriento y con frío, estaba mojado, la forma en la que inclinaba su débil cuerpo del muro, daba entender que ya no podía más.
La fotografía conmovió a algunos, no a los suficientes para que esto no siga sucediendo, pero sí a los que harían lo imposible por el indefenso animalito.

Melanie Hernández y Marling Acosta, son madre e hija y se abocaron al caso, luego de ver la información por redes sociales. Se movieron hasta el lugar donde estaba aquel ser de mirada asustada, esa mirada que tienen los que han sido lastimados. “No lo dudaron ni un segundo”, ellas fueron por él, y lo rescataron, ¡a Capitán!, así fue nombrado. El canino fue atendido por el amor de los miembros de Rayito de luz, y vaya que rayito tan luminoso, quienes lo asistieron médicamente y lograron estabilizarlo.
Leer también: ¡No más humo, más futuro! No a la Incineración de Residuos
Melanie y su mamá, no son igual al resto, ellas pertenecen a ese pequeño, pero valioso porcentaje de personas sensibles y amables con todos los seres que habitan la tierra, que saben que los perros, los gatos y todos los animales; sienten, se entristecen, lloran, padecen hambre y frío.

¡Ahora Capitán!, tendrá quien lo abrigue y quien le cante una canción; ya tiene familia Capitán. Carolina es el nombre de su nueva amiga y rima con medicina, gasolina y es más que seguro que juntos serán la vitamina que el otro necesita.
No todas las historias de abandono tienen un final feliz, pero esta rima con que sí, aunque la dura realidad, ofrezca cifras devastadoras. Siempre hay una luz al final del túnel, siempre hay Melanie, Mariling, Carolinas que tiene un rayito de luz en sus corazones que brilla para ser fulgor en el mundo que habitamos.
EO// Redacción: Blaximar Bolívar