En todo lo que respecta a su entrega por la enseñanza Tribilín dejo huellas, risas y experiencias inolvidables
Tribilín el payaso, contagiando risas y alegrando corazones.- Con nosotros estuvo Gerardo Solorzano Díaz mejor conocido como el payaso “Tribilín” bailarín profesional, además de artista, un técnico agropecuario, hombre polifacético. Mismo que dejó huella en las vidas e historias de todos los que fueron sus alumnos o escucharon sus cuentos.
Todo comenzó en el cumpleaños del primer hijo de la profesora -Inicita Aceituno- donde junto a otros compañeros fueron invitados para presentar un show en la fiesta, Raúl Bolívar, Griselda Carvajal empezaron sketches cómicos donde como payasos netamente improvisando lograron conquistar a su público.
Este sencillo acto abrió las puertas a muchas otras presentaciones, algo mayor comenzó, con una serie de invitaciones consecutivas, animó diversos eventos durante los siguientes años. Llegando a 40 años de existencia del buen personaje Tribilín.
Por una invitación de Fanny Villarroel debía de contar cuentos para los niños de una fundación, le pidieron memorizar la historia de “Pedro y el lobo” o “el pastorcito mentiroso”. Una carrera como cuentista nació desde esa ocasión, que partió de cuentos de otros autores para posteriormente desarrollar sus propios cuentos.
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La experiencia le ha permitido que su proceso creativo abarque diferentes ideas para construir rápidamente nuevos cuentos, es en el colegio CEDIN donde enseño a el alumnado ejercicios de respiración usando instrumentos de viento con un cuento que pensó en el corto trayecto de la dirección hasta el preescolar que es uno de los más queridos y recordados.
Muchos de sus exalumnos agradecen sus enseñanzas que no se limitan a lo escénico, sino que en las diferentes áreas recuerdan el valor del trabajo en equipo, liderazgo y confianza, que hace a las personas ser diferentes, estar empoderadas, seguir el camino correcto, el apoyo recibido guio a hombres y mujeres desenvolviéndose mejor en sus estudios, trabajo y el trayecto del resto de sus vidas.
No solo como Tribilín, en todo lo que respecta a su entrega por la enseñanza dejo huellas, risas y experiencias inolvidables, Gerardo demuestra ser un hombre que reinventa el concepto de enseñanza con el fin de que nunca se sienta vació, sino que perdure y nunca muera.
Redacción//Bárbara León