El cuerpo humano alberga una variedad considerable de microorganismos que incluye gran cantidad de bacterias
¡Trasplantes fecales! ¿Qué son y para qué sirven?

¡Trasplantes fecales! ¿Qué son y para qué sirven?. El cuerpo humano alberga una variedad considerable de microorganismos que incluye gran cantidad de bacterias, arqueas, hongos, bacteriófagos y otros virus que interactúan entre sí y con el organismo, coexistiendo en las superficies humanas y en todas las cavidades del cuerpo. Esta comunidad microbiana compleja es denominada microbiota y juega un papel esencial en las funciones fisiológicas generales y en la salud de un individuo.

Más de 98% de los microorganismos que habitan en los humanos residen en el tracto gastrointestinal. Es la llamada microbiota intestinal. Si la colocamos sobre una balanza, pesa cerca de 2 kilogramos de peso, por lo que casi representa un órgano sólido. De hecho, está implicada en la digestión de los alimentos, la regulación de la función endocrina intestinal y la señalización neurológica, la modificación de la acción y el metabolismo de los fármacos, la eliminación de toxinas y la producción de numerosos compuestos que influyen en el huésped.

La microbiota intestinal humana difiere entre individuos y es relativamente estable y resistente con el tiempo. Su composición basal se ve condicionada por el modo de nacimiento (parto o cesárea), la alimentación infantil, el estilo de vida y la genética del huésped. Sin embargo, existen ciertos factores ambientales que pueden alterar su composición a lo largo del tiempo. Concretamente el consumo de probióticos y prebióticos, la dieta, las infecciones víricas y la toma de medicamentos (sobre todo antibióticos).

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Cuando la microbiota intestinal se altera o su composición es inadecuada se produce una disbiosis que facilita la aparición de infecciones y trastornos metabólicos comunes. Entre ellos obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad hepática no alcohólica o enfermedades cardiovasculares.

En respuesta a los problemas asociados con la disbiosis intestinal, el trasplante de microbiota fecal ha demostrado ser una estrategia terapéutica prometedora. Consiste ni más ni menos que en el reemplazo de la microbiota intestinal de un receptor enfermo con material fecal de un donante sano.

La etapa moderna de estudios sobre trasplante de microbiota fecal arrancó en 1958. Fue en ese año cuando, por primera vez en la literatura científica, el cirujano estadounidense Ben Eisman describió cuatro pacientes con diarrea asociada a antibióticos que mejoraban rápidamente tras el uso de enemas con materia fecal de un donante seleccionado.

Esta técnica es especialmente efectiva para tratar la infección recurrente por la bacteria Clostridioides difficile una vez que los antibióticos han demostrado ser ineficaces. Es un dato importante porque este microorganismo causa inflamación del colon y diarrea mortal y se estima que el impacto en la salud pública es muy significativo.

El trasplante de heces paso a paso

En el trasplante fecal, las heces derivadas de donantes seleccionados deben ser procesadas y preparadas antes de trasplantarlas al receptor. El método varía pero, en general, se recolectan entre 100 y 150 gramos de heces a las que se agrega una solución salina estéril para una homogeneización preliminar y obtener una suspensión fecal.

Luego, las partículas más grandes, las fibras y los alimentos no digeridos se eliminan mediante filtración con un tamiz metálico. La muestra fecal fresca líquida homogénea se puede transferir en jeringas estériles. La preparación fecal fresca fue la primera utilizada para las infecciones de Clostridioides difficile, pero el método puede ser procesado con múltiples pasos adicionales que incluyen microfiltración, centrifugación, crioprotección, liofilización y encapsulación, entre otros.

Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) ha dado un paso más y ha aprobado Rebyota, el primer producto basado en microbiota fecal. Se prepara a partir de heces donadas que se analizan para descartar un panel de patógenos transmisibles. Está aprobado para prevenir la infección recurrente por Clostridioides difficile en personas mayores de 18 años después de una terapia antibiótica fallida, y se administra por vía rectal en una dosis única.

Vía| El Nacional