Tiroteo Míchigan en el campus la noche anterior dejara un saldo de tres estudiantes muertos y cinco heridos
Los estudiantes de la Universidad Estatal de Míchigan no son ajenos a los tiroteos

Los estudiantes de la Universidad Estatal de Míchigan no son ajenos a los tiroteos – Míchigan — Cuando el lunes a última hora se produjeron disparos en el campus enorme de la Universidad Estatal de Míchigan, que acabaron con la vida de tres estudiantes e hirieron a otros cinco, muchos en el campus sintieron una escalofriante sensación de familiaridad.

Eran apenas unos niños cuando el tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, acabó con la vida de 26 estudiantes, profesores y miembros del personal en 2012. Nueve años después, el tiroteo en la secundaria Oxford, en un municipio cercano a las afueras de Detroit, dejó cuatro adolescentes muertos.

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Ahora, ya jóvenes adultos, habían llegado a la universidad, y todo volvía a ocurrir.

“Es tremendamente surrealista”, dijo Emma Riddle, de 18 años, estudiante de primer año en la Universidad Estatal de Míchigan, quien estaba en el campus el lunes, y estudiante de último año en la secundaria Oxford durante aquel tiroteo. “Acabamos de pasar por esto hace 14 meses. ¿Qué está pasando?”.

El martes, quinto aniversario del tiroteo en la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, que dejó 17 personas muertas y 17 heridas, los rituales ya conocidos de duelo, rabia e incredulidad volvieron a reproducirse, un día después de los tiroteos y de una persecución policial de tres horas el lunes por la noche.

Las autoridades identificaron a las tres víctimas como Arielle Diamond Anderson, estudiante de segundo año de Harper Woods, Míchigan; Brian Fraser, estudiante de segundo año de Grosse Pointe, Míchigan; y Alexandria Verner, estudiante de tercer año de Clawson, Míchigan.

Anderson, a quien le encantaba patinar y asistir a los partidos de baloncesto de la universidad, estudiaba para ser médica porque quería ayudar a los demás, dijo su abuelo, Dwayne Thomas, en una entrevista telefónica. “Era un ángel de carne y hueso”, afirmó.

Fraser presidió el capítulo de la universidad de la fraternidad Phi Delta Theta, dijo la organización en un comunicado el martes, llamándolo “un gran amigo de sus hermanos Phi Delt, la comunidad griega en la Universidad Estatal de Míchigan, y aquellos con los que interactuó en el campus”. No fue posible contactar inmediatamente a miembros de su familia.

Verner fue a la secundaria Clawson, donde Billy Shellenbarger, el superintendente de las Escuelas Públicas de Clawson, dijo que era un modelo a seguir para las jugadoras en el equipo de baloncesto femenino. Decidió estudiar medicina forense en la Universidad Estatal de Míchigan, la universidad de sus sueños, según Shellenbarger. “Ella cambiaba las reglas del juego si eras su amigo, si la conocías”, dijo. “Ella te volvía mejor”.

Los cinco estudiantes que resultaron gravemente heridos en la balacera seguían hospitalizados en estado crítico el martes, según las autoridades.

Hasta el lunes, el Gun Violence Archive había contabilizado 67 tiroteos masivos en Estados Unidos este año. El archivo, una organización de investigación sin fines de lucro, define un tiroteo masivo como aquel en el que mueren o resultan heridas al menos cuatro personas.

El presunto autor del tiroteo en la Universidad Estatal de Míchigan, quien murió de una herida de bala autoinfligida, no tenía relación aparente con la universidad, según la policía, y llevaba una nota en la que amenazaba a escuelas de Nueva Jersey.

Las autoridades lo identificaron como Anthony McRae, de 43 años, quien vivía cerca de Lansing. Fue encontrado fuera del campus tras un aviso de lo que el jefe de policía de la universidad describió como “un ciudadano alerta”, solo 17 minutos después de que las autoridades publicaran fotos del sospechoso.

EO//Nangelys Gamboa ///con información: The Neu Dork Times