Lo más «sorprendente» para los investigadores, informó el CAB en una nota difundida este lunes, ha sido comprobar que ese lejano y masivo agujero negro se «alimenta» de la misma manera que los agujeros negros más recientes y cercanos en el Universo.

Telescopio Espacial James Webb permitirá “asomarse” a los agujeros negros

Telescopio Espacial James Webb permitirá “asomarse” a los agujeros negros – Astrofísicos de varios países del mundo han conseguido gracias al Telescopio Espacial James Webb «asomarse» a uno de los agujeros negros más masivos y distantes de la Tierra, situado a unos 13.000 millones de años luz y cuando el Universo tenía «sólo» unos 800 millones de años de edad.

Los resultados del trabajo de investigación, en el que han tenido un importante protagonismo varios astrofísicos del Centro de Astrobiología (CAB) —dependiente del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto nacional de Técnica Aeroespacial (INTA)— se publican este lunes en la revista Nature Astronomy.

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Los astrofísicos han estado tratando de explicar durante años cómo los agujeros negros ganaron, en las épocas más tempranas del Universo, su extraordinaria masa, y los nuevos resultados que se han obtenido a partir de las observaciones del Telescopio Espacial James Webb descartan ahora que existan mecanismos «exóticos» que se habían propuesto como posible solución a esas preguntas.

Porque los primeros 1.000 millones de años de la historia cósmica, el llamado «amanecer cósmico» plantean un desafío para la ciencia, el de desvelar cómo se volvieron los primeros agujeros negros tan masivos y de una forma tan acelerada, ya que los que se conocen en los centros de las galaxias tienen unas masas sorprendentemente grandes.

EO // Con información de EFE