Las vivencias de Simón José Pacheco Cedeño, lo inclinaron a las letras y ya desde pequeño sobresalía en ellas, tuvo siempre inspiración por su tierra y la sensibilidad humana para escribir a la mujer, el amor y también las bellezas naturales de las cuales siempre estuvo rodeado.
Simón José Pacheco Cedeño: Un Canto a la Tierra Monaguense. — Nació en la cálida y húmeda Caripito, un 26 de noviembre de 1942. Desde niño, Simón José respiró la esencia de la tierra monaguense, con sus frondosos bosques, sus ríos caudalosos y sus cálidos atardeceres.
Sus padres, Doña Renata Cedeño y Don Pedro Pacheco, sembraron en él los valores de la honestidad y el amor por el conocimiento, inculcándole una profunda sensibilidad hacia la belleza de la vida y las maravillas de la naturaleza.
Con el paso de los años, su pasión por la escritura se afianzó. En su obra, encontramos un canto a la tierra monaguense, una exaltación de sus raíces y una profunda conexión con la naturaleza. Sus poemas, llenos de imágenes vívidas y metáforas evocadoras, nos transportan a los paisajes de su infancia y nos invitan a reflexionar sobre la belleza y la fragilidad de la vida.
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Una de sus obras más emblemáticas es “Caño Azul”, un conjunto de cien poemas que constituyen un verdadero hito en su trayectoria literaria. En esta obra, el poeta expresa con una sinceridad conmovedora el dolor de un amor perdido y la esperanza de un nuevo comienzo. A través de sus versos, podemos sentir la intensidad de sus emociones y la profundidad de su alma.
Simón José Pacheco Cedeño no solo es un poeta, sino también un defensor de la cultura monaguense. A través de su obra, invita a los habitantes de su región a valorar su identidad, a reflexionar sobre su realidad y a construir un futuro más justo y equitativo. Su poesía es un legado invaluable para las futuras generaciones, una fuente de inspiración y un llamado a la conciencia.
Una huella imborrable
Simón José Pacheco Cedeño es un poeta que ha dejado una huella imborrable en la literatura venezolana. Su obra, marcada por la sensibilidad, la belleza y la autenticidad, nos invita a celebrar la riqueza de nuestra diversidad cultural y a valorar la importancia de la palabra como herramienta de transformación social.
EO // Redacción El Oriental