¿Si regalas una moto, regalas la urna también?

Aunque suene dura la frase, “si regalas una moto, regalas la urna también” es totalmente considerable, pues, padres y representantes, actualmente, no miden las consecuencias de obsequiar un vehículo de dos ruedas a los adolescentes
¿Si regalas una moto, regalas la urna también?

“Si regalas una moto, regalas la urna también”-. Recientemente, se conoció el caso de una menor en el estado Guárico, Venezuela, a quien sus padres le dieron su regalo de 15 años, se trataba de una moto, con la alegría, quizás de cumplir el “sueño” de la niña, pero sin medir las consecuencias de cabecitas inmaduras, sin experiencia ni habilidad.

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La chica aprovechó su regalo para salir junto a su hermano menor de 12 años a repartir las tarjetas de invitación de su celebración, donde durante el recorrido chocó con un vehículo perdiendo la vida y dejando a su hermano gravemente herido.

Con este caso, llamamos a la conciencia ciudadana, primeramente, a los padres a analizar muy bien si dar el paso de entregar ese obsequio que, aunque es tan anhelado por nuestros hijos, debemos identificar muy bien cuando es la edad acorde, aunque un accidente le puede pasar a cualquiera, la imprudencia juvenil muchas veces no tiene límite, mucho menos la capacidad de una maniobra a la hora de esquivar cualquier escenario en plena vía.

Papá y mamá te invitamos a reflexionar, a hacerte estas preguntas antes de tomar la decisión de regalar a tu hijo o hija menor esa moto que tanto desea; sus argumentos son variados; a veces, muy convincentes: Que si todos mis amigos la tienen. Que sí tardaré menos en ir y venir. Que sí te puedes librar de llevarme a los entrenamientos. Que si he sacado muy buenas notas… Esto en el desayuno, en la comida, en la cena …

No te olvides nunca de que el cerebro adolescente está en proceso de maduración.

¿Y esto qué quiere decir? Pues quiere decir que su percepción del riesgo es menor que la del adulto. Que siente atracción por las conductas arriesgadas, en moto y a pie. 

Y que, por si esto fuera poco, es fácil que se deje llevar por la opinión de su grupo de amistades.

No importa cómo sea tu adolescente en otros contextos: existe la posibilidad de que, al manillar de su moto y rodeado de sus amistades, cambie.

¿Tu adolescente necesita la moto o es un capricho?

¿Tu adolescente está preparado para tener una moto?

¿Puedes permitirle la moto, desde el punto de vista económico?

EO// Redacción de: Lcda. Carlenis Avendaño