¿Cuántas veces te has sonado la nariz hoy? Probablemente, ni lo recuerdes, porque es una de esas acciones automáticas que hacemos sin pensar
¿Sabes sonarte la nariz? La ciencia explica el método correcto para hacerlo

¿Sabes sonarte la nariz? La ciencia explica el método correcto para hacerlo-. ¿Sabías que la forma en la que te suenas puede marcar la diferencia entre aliviar tus síntomas o empeorarlos? Sí, lo que parece una actividad inocua puede influir en tu salud nasal. Sonarse «los mocos» puede acarrear problemas, si no lo haces bien. Un estudio pionero publicado en Clinical Infectious Diseases (Oxford Press) por la Universidad de Virginia investigó el impacto de las diferentes formas de sonarse la nariz en nuestra anatomía nasal.

Sus hallazgos revelaron que hacerlo con demasiada fuerza no solo puede agravar los síntomas de un resfriado, sino que también puede causar daños como infecciones en los senos paranasales o, en casos extremos, fracturas en los huesos cercanos a los ojos. Pero esto no se queda ahí. En este artículo, además de indagar sobre el impacto de la fuerza aplicada al sonarse, hablaremos de la física y la química detrás de los pañuelos que usamos a diario. La nariz es mucho más que un simple conducto para respirar. Dentro de ella, hay una compleja red de estructuras diseñadas para filtrar, humedecer y calentar el aire. También produce moco, que actúa como una barrera para atrapar polvo, bacterias y otros contaminantes. Sin embargo, cuando estamos resfriados, la producción de moco aumenta significativamente, y el exceso necesita ser eliminado.

En comparación, actividades como toser o estornudar generan presiones mucho menores, incapaces de provocar este tipo de desplazamiento de fluidos. Es decir, sonarse con fuerza equivale a jugar con fuego: puedes terminar agravando tu resfriado. El problema no es solo el moco que se queda atrapado en los senos paranasales. Según el paper, esta acumulación puede provocar una mala ventilación, favoreciendo infecciones bacterianas. Pero el daño no termina ahí. Expertos de la Rush University advierten que sonarse con demasiada fuerza puede causar lesiones graves.

Leer también: La bebida détox para limpiar el organismo a fin de año


Los pañuelos parecen una herramienta sencilla, pero esconden una historia fascinante de química y física. La mayoría están hechos de celulosa, un polímero natural presente en las plantas, que tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua sin romperse. Esto se debe a la estructura molecular de las fibras, que retienen el líquido en pequeños espacios capilares.

Los pañuelos «premium», como los que incluyen lociones (por ejemplo, aloe vera o vitamina E), utilizan una capa adicional de compuestos químicos diseñados para reducir la fricción y proteger la piel. Esto es especialmente útil para quienes sufren irritación nasal durante un resfriado. Desde un punto de vista físico, estas capas crean una barrera hidrofóbica que distribuye la humedad de manera uniforme.

Otra alternativa es el uso de vapor, que ayuda a diluir el moco y facilita su expulsión sin necesidad de sonarse con fuerza. Según los expertos, mantener la hidratación y utilizar humidificadores también puede ser clave para evitar la acumulación de moco espeso, que es más difícil de eliminar.
Después de analizar los estudios y las recomendaciones de los expertos, queda claro que la forma más segura de sonarse es hacerlo de manera suave, bloqueando solo una fosa nasal a la vez. Si es posible, alterna el uso de pañuelos con métodos como irrigaciones nasales y asegúrate de mantener una buena hidratación para facilitar la expulsión del moco. Como concluye el estudio: “Evitar presiones altas puede reducir el riesgo de complicaciones nasales y mantener una mejor salud respiratoria”.

EO//Con información de Muy interesante