Me provoca partir del elemento agua, ánima nebulosa, agua amniótica con el poema Bajo el Agua (le dedica a su papá)

            Retratos Literarios. ¿O lo que somos es brevedad y sueño,/colibrí, flor y vuelo para siempre? Julieta Dobles

  El libro de poemas Fuera del Album de la poeta Julieta Dobles Izaguirre, Editorial Universidad Estatal a Distancia EUNED, San José, Costa Rica, 2005 nos impregna con una prosa poética de reflexiones filosóficas con imágenes nítidas construídas en Retratos Literarios: mirar profundo, maduro, en un presente que nos hace viajar por sus etapas de vida: niña, joven mujer, adulta profesional en diversos roles: hija, nieta, madre, poeta, abuela en renaceres continuos; de una fuerza lírica, épica, filosófica (Lo que hoy nos parece/desmesurado aliento,/ ¿Mañana pesará veintiún gramos y medio? / ¿O estamos en un reino que no nos pertenece,/extranjeros al fin en la materia/mudable, pero eterna,/sorda, pero fecunda? (Las preguntas del Colibrí), y así seguimos de momentos a momentos en vigilias constantes al sueño común…  

  Parte con un ojo fotográfico, capturas de luces y sombras internas, parques, bosques; ecanea  la casa familiar, ruidos y susurros de una tetera en la cocina despiertan azules y verdes, un ‘’bosque indefenso’’, ‘’porque las almas de los parques/ tienen temple de árbol,/como las de los bosques,/y no menos altivas y atrevidas. Nombra el parque del Oeste de Madrid ‘’es un golpe de brisa amanecida/en pleno rostro, y en París ´´el abeto y el cedro estremecen’’ ‘’vimos  fugaces donde la tierra se hace sangre’’  ‘’el vértigo nos gana y el asombro se enciende´´, y Versalles, los bosques de Rambouillet…casi todo el libro respira naturaleza y sentires familiares.  

   Me provoca partir del elemento agua, ánima nebulosa, agua amniótica con el poema Bajo el Agua (le dedica a su papá), al respiro del origen, en aguas seminales, millones de espermatozoi des buscan al óvulo húmedo  (…) ¿será que su rotunda trasparencia/nos remonta al origen? ( …) y el agua repite sus reclamos/por debajo de toda terrestre vocación/hasta el cansancio y el asombro?/ que tenemos mil vidas/pugnando por salir./ Y multitud de seres/reclaman en nosotros/su voz o sus silencios/. Aguas sagradas en la tierra y cuerpo oval en preñez auguran el misterio del principio vital.

   La poeta tiene toda una vida escribiendo a su tierra amada ‘’natal y mía, porque el tiempo/no ha tocado tus noches y tus parques/en mi sueño/- pag. 41-y retorna a la Madre Patria, recobra su infancia, ese territorio desconocido, de ríos recién nacidos en ojos de agua,y en calma crece torrentes para disparar al tiempo en flashes únicos, sonoros, eternos, flashbacks en Retratos Literarios, con un magistral estilo, ejercicio de memoria agridulce ‘’jugando a rescatar mi infancia/junto al lago sonámbulo de los patos dormidos,/donde puedo echar migas a la luna/ y flotar en círculos sin tiempo /sobre toda tristeza -p. 40-

   Al decir del poeta Rainer María Rilke ‘’La Patria es la infancia’’ , élla acude ’’ ¿qué aquel árbol de cas eternizado/por sus imágenes en el hogar de la infancia,/atrapa mi memoria y la obsesiona/como un lugar común? Es un grito ante la vida, su desaparición y ese árbol sigue dentro, está latiendo, es presencia, vida infantil  ‘’y ahí canta mi niñez,/poderoso reclamo que no quiere morir/   (…) En este patio,/cercado hoy por la muerte,/vuelve a ser el de siempre, espejo de presencias/ y juegos trastocados y caricias derruídas/. Entonces se arma del ojo poético y detiene al tiempo, con retratos de miedos, amores, preocupaciones existenciales, obsesiones; siempre acude a la infancia, con ese instinto poético se abraza a los árboles, pajarillos…, destellan experiencias que  grafica al ritmo de los años vividos, acerca el zoom y ya nada la detiene al poder conocer, reconocerse ’’ que lo indecible salga a la luz es un asunto político’’ manifiesta la premio nóbel Annie Ernaux, y con fuerza individual  ‘’ … mi alma feroz, inundada de pájaros’’ universaliza su melancolía, dolores de mujeres excluídas, de escritoras invisibilizadas, de abuelas y familiares ‘’ dos soles que sonríen/ en las inquietas puntas de mi vida’’, con ese tino reflexivo de su tiempo cronológico, trasciende y nos sumerge al verse y reverse en las ótras con sentimientos y emociones que conectan al lector que resuenan de principio a fin al despojo, sus hojas vuelan al sueño del colibrí; es una poeta que vive intensamente, explora con palabras, imágenes su ser, introspectiva y transpersonal al filo de su encuentro, metamorfosea el alma de mujer poeta, que conoce bien la opresión de su abuela, madre, y se levanta a cortar el silencio.

  La eterna pregunta ante nuestra disolución, desgarro se impone un ’espejo de presencia’’ de ayuda e inquieta acude al regazo de ‘’mi abuela en su lejana presencia de campana,/allá en mi infancia matizada de libros aromosos/y de santalucías recobradas,/mi abuela, hermosa cómplice/de mis sublevaciones secretísimas,/y mi nieta en su clara cercanía sin pretextos/ pretextos/donde urdimos nuevas palabras,/e irreverencias viejas y festivas,/como el amor’’  – (La Pregunta) y así vamos en eternas prolongaciones de vidas con sentimientos comunes y sentires individuales, ¿quién puede olvidar a la abuela y madre?  ( ‘’soy la parte que de vos permanece/en esta tregua de la vida,/corto verano que se extiende,/se enrosca, y se agazapa fulgurante/entre la oscuridad del ayer y el mañana/ que me acechan/ – Acechanzas- y se tiene dentro esa ausencia que marcha en quejidos de trenes. Persiste la impronta de la  abuela Soledad ‘’la oficiante perpetua’’,  que a pesar de prohibirle la educación -como la mayoría-, éllas permanecían, hechiceras con sus cuentos y, somos las nietas de las matriarcas, inventando días y noches como Sherezade, y seguimos en resistencia. Todavía sigue un servicio infinito y siempre el humor nos salva, el juego ‘’reírse, reírse con los ojos abiertos/en su jardín de lirios azogados’’.(La Oficiante perpetua)

 El asombro dormía por setenta años en los ´´Poemas inéditos’’ de su madre ‘’condenada al silencio’’, sus poemas ’’erotismos silentes,/bríos cabalgando fieros,/ parpadeos angustiosos’’  ‘’nunca más el silencio./Juro por tu sigilo/de años y milagros./y por la rara arteria/de instinto y de poesía/que aún nos comunica/más allá de tu muerte,/hermana, más que madre,/en la palabra.

 La figuras maternas estructuran la fuerza de la naturaleza anímica hasta el crecimiento de la primera infancia y su compañia a la  madurez nos reconforta al pronunciar ‘‘mama’’, y la muerte de una madre genera mucho dolor, y eleva al ser humano a un nuevo renacimiento, -recuerdo a seres solos, poetas que la perdieron al ser jóvenes y éstos se enconcharon en su soledad y unos que sintieron el último aliento y la muerte en sus brazos, les instó a cambiar.  El corte umbilical emocional, el desapego, marca un nuevo nacimiento, a una madurez sabia y co- mpasiva ’’mientras hubo la madre, se sostuvo la vida,/ y el aire detenido/protegió los recuerdos y las voces,/canciones intocadas de un ayer que latía/partió la madre, y semanas después/el tiempo me ha allanado la casa, victorioso./Y el árbol mas coposo, rey del patio,/aquel de cas en que la tarde sube,/languidece en parásitas y nadies.(Puerta de Olvido)

Cómo no sentir esa foto eterna que palpita en mí y solo sollozo, cual niña absorta, repienso en ir a buscar a mi madre y amarla, en su sillón oloroso de papá ido hace un año,‘’hoy te has ido quedando/embriagada de sueño en el sillón azul,/azul como los sueños que perdemos,/balan- ceando tu frente, llena de estrellas fijas/. Nos creemos inmortales y casi nunca pensamos en la desaparición física y obviamos dar caricias,  – quizás un poco la pandemia nos sensibilizó al abrazo, decirles que les amamos- Recuerdo que jamás mis abuelas- Fortunatta y Celedonnia- permitían acostarnos sin besarnos ‘’nadie sabe si ustedes van a despertar…’’ la poeta nos orienta: ‘’siempre creemos que hay tiempo/para nuestros ancianos más amados,/tiempo para la escucha y la caricia. -Retrato de mi madre anciana- 

 La casa de la poeta respira ’’a la casa que nos vivió por medio siglo’’ con mundos y cosas que esperan ser descubiertos, es la casa de la infancia que palpita dentro y viaja lenta caracoleando dejando huellas, pérdidas, transformaciones, submundos invisibles que se despiertan al tacto y es el viento del tiempo detenido en costras a punto; halar sus cortezas nos desangra y manar, manar en reposo y élla está en la Casa Cerrada, reta al tiempo, al olvido ‘’el reino de la ausencia:/esta es la verdadera ventana de la muerte,/que cristaliza todo lo vivido/en una urna imposible a los retornos. ( …)que tan solo me queda este poema/donde converso a solas con la ausencia,/frente a aquel patio nuestro,/donde los árboles ancianos /sembrados por la mano paterna/- ¿los recuerdas en su cortina de abandonos-/se nos mueren también.

 En compañía paria y migrante, nada nos ata o quizás unos ojos que se encuentran por vez primera y ardemos en deseos  con el río que nos baña y el árbol erotiza cada tránsito y seguimos o detienen a beber más arena y vamos a la infancia que nos revive, seres envueltos de alforjas, vamos sin peso, en caracola marina, caracol de jardines, tortugas y de pronto crece      un aullido, tambor de entrañas Somos, ¿qué es ser una mujer, niña, madre, poeta, hija, amante todas en una respiración? Vuela la Tortuga Ecuestre del poeta César Moro con lunas en tus ojos…

Siguen territorios desconocidos inaccesibles y la primera infancia es pilar fundamental para salir del apego, y amar, salir de sí misma, recrearse; quizás el juego nos abra otros latidos, sí, descubra yoes, interacciones del Nosotros, a repensarnos y a escribir desde la experiencia de mujer y ser tratadas como humanas y ciudadanas.  Este siglo nos pertenece ¿cuánto dura la eternidad o ese roce de pieles o labios? Somos en el vuelo de las mariposas de los espiritus de los jilgueros…’’¡Mi última muñeca!/Con la que dije adiós sin enterarme/a mi infancia plenaria y protegida,/donde la dicha no se hacía preguntas’’ y ‘’Otra mujer surge de estos últimos años,/ polvorienta, salina en tanta lágrima./Y te toma de nuevo de la mano/después de verdor, hijos, amores, agonías./Otra que quiere de pronto romper barcos, /mares y deslealtades/con su palabra, con su piel, con todo/Arañar esta estepa de soledad abierta,/devolverse a morder amarras escondidas,/detener este tren que va acercándola/a la cosumación,/porque aún desea, y tiembla, y está viva,/abrazada a una vieja muñeca sin regresos/…

 Por: Ana Anka

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