En honor a Henry Rojas, de parte de todos tus amigos que tuvieron el privilegio de conocer la excelente persona que fuiste, siempre vivirás en nuestros corazones

Que la vida nos regale momentos bonitos, donde el alma está en paz y el corazón feliz-. La pérdida de un amigo es un golpe que resuena en lo más profundo del alma, un vacío que no tiene explicación alguna. Es como si una parte de nosotros mismos se desvaneciera, dejando un hueco imposible de llenar.

Nos obliga a enfrentar nuestra propia mortalidad, a confrontar la fragilidad de la vida y la inevitabilidad del adiós. Nos enseña a valorar cada instante, a apreciar la compañía de quienes nos rodean, a no dar por alto el regalo de la amistad.

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El duelo es un proceso personal y único, dicho proceso requiere tiempo y paciencia, no hay atajos para superar la pérdida de un amigo. Cada lágrima derramada, cada recuerdo vivido, cada conversación silenciosa con su ausencia, son pasos necesarios en el camino de la sanación.

La amistad trasciende la muerte, el amor que compartimos con nuestros amigos perdura en el tiempo, como una luz que guía nuestro camino en la oscuridad. Su recuerdo nos acompaña, nos fortalece y nos inspira a seguir adelante, a vivir plenamente, a amar intensamente, a honrar la vida en su nombre.

EO//Redacción: Jesús Rodríguez