
¿Por qué nos importa tanto lo que piensen los demás hacia nosotros?-. Es natural buscar la aprobación de los demás. Sin embargo, cuando esta búsqueda se convierte en una necesidad imperiosa para no derrumbarse, surge un conflicto.
Las personas atrapadas en este patrón gastan una inmensa energía intentando agradar a otros y sienten un profundo temor a expresar sus verdaderos pensamientos, enfrentándose a preguntas como: «¿Y si no me aceptan? ¿Debo adaptar mi forma de ser para conseguir su aprobación?».
Miguel de Unamuno dice, algo totalmente aplicable al caso que nos concierne: “la libertad es la ausencia de coacción. El poder obrar en virtud de la propia inclinación y sin sufrir coacción alguna por algo exterior que nos obligue”. A lo que yo añadiría: “sin sufrir coacción exterior o interior, ya que uno mismo puede ser su peor enemigo”.
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Asimismo, Nietzche decía: “el mal amor a uno mismo hace de la soledad una cárcel”. Somos libres cuando perdemos el miedo a lo que pueda salir de nosotros. Citando de nuevo a Unamuno: “el conocimiento propio es imprescindible para crecer y vivir en libertad”.
Hay que aprender a conjugar la razón con las emociones para encaminarse hacia la libertad. Cualquier paso dado en dirección a la independencia y a la búsqueda de la aprobación propia es un paso que nos aleja del control de los demás
Finalizando, hay que superar la dependencia de la propia imagen. Así, hay que liberarse de la esclavitud de la imagen, que desvía del sentido de la vida. Para ello hace falta aceptar nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad.
EO//Redacción: Jesús Rodríguez
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