¿Por qué nos cuesta cumplir y honrar a nuestros padres?

La honra es el resultado de sanar y disponer tu corazón y ser intencional con diferentes acciones
¿Por qué nos cuesta cumplir y honrar a nuestros padres?

¿Por qué nos cuesta cumplir y honrar a nuestros padres?-. Sin importar cómo hayan sido sus papás, lo presentes o perfectos que parecen ser, a la gran mayoría de hijos nos cuesta honrar a nuestros papás, o por lo menos sentimos que podemos hacerlo mejor.

Este artículo no es para que normalicemos la falta de honra hacia nuestros padres, sino para que descubramos juntos qué significa este mandamiento que Dios nos ha dado y cómo podemos mejorar en el proceso de amar, aceptar y respetar a los seres que Dios escogió para darnos la vida

Efesios 6:2-3 dice: «Honra a tu padre y a tu madre» que es el primer mandamiento con promesa «para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra».

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Dios nos manda a honrar a nuestros padres, no importa cómo se comparten. Sí han sido buenos o malos padres, ante nuestros ojos o ante los ojos de la humanidad. Pero debemos comenzar por comprender que ningún padre es perfecto, así como ningún hijo lo es.

Lo que ocurre en muchos casos es que somos muy duros con nuestros papás. Los idealizamos y creemos que, por el hecho de ser padres, deben tener comportamientos más maduros y responsables que el resto de los demás.

Somos más empáticos, amables, flexibles y comprensivos con las personas de nuestro entorno, que con nuestros padres. En muchos casos nos desesperan sus llamadas, sus comentarios, sentimos que debemos enseñarles a comportarse, corregirlos o regañarlos por sus comportamientos en público y en privado. Confundimos el poner límites sanos con aislarlos y vivimos cargando culpa, dolor o resentimiento por la relación que tenemos con ellos.

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Dios quiere que tengamos paz. Él quiere que seamos libres y tengamos sanidad de la culpa, dolor, resentimiento, e incluso odio mediante un nuevo comienzo, pues de lo contrarios seguiremos repitiendo el patrón incluso con nuestros propios hijos.

EO//Redacción: Jesús Rodríguez
Con información: Hechos y Crónicas web