Un nuevo estudio revela que la atmósfera de Plutón, dominada por partículas de bruma, se comporta de un modo completamente único en todo el vecindario solar.

Plutón posee una característica que ningún otro mundo del Sistema Solar tiene-. En la periferia más remota del Sistema Solar, un pequeño planeta enano ha vuelto a capturar la atención de la ciencia. Plutón, antaño desterrado del selecto grupo planetario, regresa ahora como uno de los cuerpos más fascinantes del cosmos cercano
Gracias a los últimos datos recopilados por el telescopio espacial James Webb (JWST), los científicos han confirmado que su atmósfera, una tenue envoltura de nitrógeno, metano y monóxido de carbono, no se comporta como ninguna otra.
Lo que la hace única es que no son los gases, sino las partículas de bruma suspendidas en ella, las que regulan el equilibrio térmico del planeta.
Estas partículas, microscópicas, pero abundantes, no flotan sin más: absorben, irradian y redistribuyen el calor con una eficacia que ningún otro cuerpo celeste del Sistema Solar ha mostrado. Es una atmósfera en la que la física se pliega a reglas insospechadas.
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La confirmación de este fenómeno, parece salido de ciencia ficción, proviene del equipo internacional cuyos estudios publicados esta primavera, cuentan con fuerte componente teórico desarrollado por el investigador Xi Zhang, de la Universidad de California en Santa Cruz.
Este descubrimiento también revela una danza inusual entre Plutón y su satélite principal, Caronte.
Material de la atmósfera, primero es arrancado por la gravedad, segundo se acumula en sus polos, formando manchas rojizas con compuestos químicos transformados. Este intercambio aéreo, una suerte de beso cósmico entre dos mundos, no tiene parangón en el resto del sistema planetario.
EO/// Con información recopilada de: National Geographic