Nuevo hallazgo sugiere que nuestras memorias podrían reactivarse incluso después de morir

El desafío técnico es solo una parte del problema. La otra gran pregunta gira en torno a la ética de revivir memorias humana
Nuevo hallazgo sugiere que nuestras memorias podrían reactivarse incluso después de morir

Nuevo hallazgo sugiere que nuestras memorias podrían reactivarse incluso después de morir – Un nuevo estudio publicado en la revista PLOS One explora una posibilidad que desafía los límites actuales de la neurociencia: recuperar recuerdos de cerebros humanos después de la muerte.

El hallazgo surge a partir de una encuesta realizada a 312 expertos en neurociencia, desde especialistas en memoria hasta investigadores generales. A todos ellos se les planteó una pregunta provocadora: ¿es técnicamente posible reactivar recuerdos almacenados en un cerebro muerto pero conservado en buen estado?

Sorprendentemente, un 70,7% de los científicos consultados respondió afirmativamente. Su razonamiento se basa en la existencia del conectoma, un mapa único de conexiones entre neuronas que según explican, almacena no solo nuestros recuerdos, sino también nuestra personalidad. Así lo detalla el neurocientífico Dr. Ariel Zeleznikow-Johnston, quien describe al conectoma como «la arquitectura neuronal que nos define como individuos».

Leer también: Científicos descubren una partícula más veloz que la luz

¿Cuándo sería posible recuperar memorias post mortem?
Los investigadores se atrevieron a proyectar fechas estimadas para avances tecnológicos concretos. Según sus predicciones, podríamos empezar a recuperar memorias de gusanos muertos para 2045, pasar a ratones de laboratorio en 2065, y llegar finalmente a cerebros humanos en el año 2125.

Uno de los grandes retos es la preservación del cerebro. Técnicas como la congelación tradicional dañan las células, pero otros métodos más avanzados, como la criopreservación vitrificada, ofrecen una solución prometedora: enfriar rápidamente el cerebro sin formar cristales que destruyan las neuronas, convirtiéndolo en una especie de vidrio sólido altamente conservable.

El desafío técnico es solo una parte del problema. La otra gran pregunta gira en torno a la ética de revivir memorias humanas: ¿quién decide qué memorias valen la pena preservar? ¿Quién sería el dueño de esos recuerdos? ¿Podrían las copias neuronales tener derechos?

Organizaciones como Aspirational Neuroscience ya apuestan por este futuro, ofreciendo 100.000 dólares al primer equipo que logre descifrar un recuerdo significativo desde un cerebro preservado, un incentivo que busca acelerar este tipo de investigaciones.

EO// con información de: NTN24