Desde épocas remotas, los seres humanos ya hablaban de algo no tan lejano a lo que hoy conocemos como inteligencia artificial

¿Nuestros antepasados ya soñaban con la inteligencia artificial?-. Se habla mucho sobre el impacto negativo que las tecnologías tienen en la actualidad, y del riesgo que representan para el futuro. Desde décadas pasadas el cine y los diferentes medios de comunicación han manifestado este miedo, y ahora, lo que solía parecer ficción, es un tema del cual se habla con suma seriedad.
Pero estas ideas existen desde épocas remotas, y no se trata de una verdad oculta o de algún tipo de conocimiento elevado, son solo ideas que, por naturaleza, estamos condicionados a desarrollar.
Esto se evidencia en antiguos textos, como los de la mitología griega, entre ellos, La Ilíada de Homero, aquel poema épico que narra la guerra de Troya. En este y otros textos, se mencionan ciertos autómatas creados por el dios de la forja Hefesto, figuras capaces de pensar y actuar por sí mismas, aunque fuera bajo la voluntad de su creador.
Siervas de oro, con cualidades tan humanas como la inteligencia, dones artísticos, e incluso, voces propias, guardianes de oro y plata, y hasta un gigante de bronce con el propósito de custodiar Europa.
Todo esto parece bastante propio de lo que conocemos como inteligencia artificial, está, y también los autómatas de Hefesto, son herramientas que buscan imitar las habilidades y el potencial humano con el objetivo de apoyarnos o sustituirnos en una determinada tarea.
Estos antecedentes nos permiten tener una idea de cuán presente ha estado en la historia aquella idea de crear algún artefacto con la capacidad de sustituirnos cada que lo necesitemos.
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Hoy en día está muy presente, y no solo en los robots de alta tecnología y la inteligencia artificial como la conocemos actualmente, ya desde años atrás, las máquinas han sustituido a los seres humanos en diferentes sectores, como sucedió al implementarlas como eje central de la producción estandarizada.
Lo verdaderamente importante, no radica en el hecho de que el ser humano lleva siglos soñando con un paraíso idílico donde puede delegar todo su trabajo a una máquina, sino en una interrogante ¿Es esto malo para la sociedad?, la respuesta es un rotundo depende, pero ¿Depende de qué?, esa interrogante tiene una respuesta mucho más clara de nosotros.
Puede que la tecnología comenzará con palos y piedras, hoy en día cada elemento de la tabla periódica tiene al menos una utilidad científica o tecnológica. Pero todo eso siempre había estado presente entre nosotros, tanto sus utilidades como sus riesgos, han siempre dependido de nosotros, y del uso que le demos.
Es por ello, que nuestro deber radica en usar y desarrollar estas tecnologías con prudencia, y sobre todo, pensando siempre desde nuestro lado más humano, porque la tecnología no existe para reemplazarnos, sino para darnos más libertad, más tiempo, más oportunidades, y con ello, construir un mejor futuro.
Nuestros antepasados no soñaban con inteligencia artificial, nuestros antepasados, soñaban con crear algún día, las herramientas que nos brindaran el tiempo y la libertad necesaria, para construir nuestro lado más humano.
EO//Redacción: Royner Rojas
