El desagrado y la envidia afecta la convivencia con los demás y perjudica los buenos sentimientos, hacer el bien no cuesta nada.
No dejes que tu enemigo interno afecte la convivencia con los demás.— Los problemas internos, chocan con la razón, los sentimientos y las convicciones personales. Es aceptable que en algún momento de nuestras vidas hayamos tenido este tipo de circunstancias o angustias, pero no podemos arremeter contra los demás.
Esfuérzate por ser cada vez mejor, por llenar tu corazón de amor, paz, seguridad, armonía y espiritualidad, por dar día a día una orientación a quien verdaderamente lo necesita. Debemos tomar conciencia y dejar de enorgullecernos por caídas ajenas, brinda tu mano amiga.
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La rivalidad personal te crea cargas que no puedes sostener y afecta los pensamientos, sentimientos y la necesidad de ser mejor, porque hacemos que la mala racha que estamos sobrellevando se apodere de nuestra vida.
Por eso es que, si en algún momento alguien nos hizo daño, no dejemos que esa carga afecte la convivencia con los demás.
Hacer el bien, sin mirar a quien no cuesta nada, lucha por ser una persona capaz de alegrarse del triunfo ajeno y tener paz contigo mismo.
EO // Redacción de: Osmary Villafaña.