Muerte de ocho bebés en Cuba pone el foco en el estado de su sistema de salud. La muerte en los últimos días en un hospital de La Habana de ocho bebés prematuros y con bajo peso -cuatro de ellos presuntamente con sepsis- ha puesto el foco en el estado de la sanidad pública cubana, uno de los pilares de la revolución socialista de 1959.
Dolores y su esposo Germán –nombres ficticios– no se imaginaron lo que el Ministerio de Salud Pública (Minsap) informaría sobre lo que pasó en el hospital en el que nació su hijo hace apenas unos días. Hasta antes del comunicado, solo les quedaba la mala experiencia que vivieron en el centro conocido como “Hijas de Galicia”.
“Solo al tercer día de estar ahí pasaron a limpiar su cuarto, que compartía con otra persona. Ya a las 10 de la noche no había ningún médico por si te daba algún dolor”, le cuenta Germán a EFE.
Un día antes de que dieran de alta a Dolores, la pareja se enteró de que cuatro recién nacidos habían muerto ahí. “Se podrá imaginar que, a raíz de eso, todas las mamás se estaban yendo de alta por su propia cuenta”, lamenta.
El Minsap, que ha reconocido un aumento de las complicaciones en neonatos desde «la segunda quincena de diciembre», asegura que tras las ocho muertes de recién nacidos «se han adoptado medidas para hacer frente” a la situación.
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