Luego de la liberación y retorno a Venezuela de los migrantes secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, nació el movimiento «Ser Venezolano no es un Delito», anunció el cantante venezolano Arturo Suárez Trejo, quien fue víctima de esta situación
Movimiento «Ser Venezolano, no es un Delito» nace para defender la dignidad migrante

Movimiento «Ser Venezolano, no es un Delito» nace para defender la dignidad migrante -. En ese sentido, señaló durante una entrevista que este movimiento tiene como finalidad combatir las falsas  narrativas sobre Venezuela y sus ciudadanos; así como para reivindicar la honestidad, la laboriosidad y la buena fe de la migración venezolana.

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Explicó que la organización nace de la experiencia personal de Suárez Trejo y de las atrocidades que presenció en la Cecot, donde fue testigo de la estigmatización y la victimización de migrantes inocentes. Además, resaltó que esta plataforma se dedicará a promover la verdad sobre los venezolanos, y destacó su resiliencia, capacidad de trabajo y  contribución a las sociedades que los acogen.

Asimismo, manifestó que la iniciativa invita a la comunidad internacional a reflexionar sobre la criminalización de la migración y a reconocer la dignidad de cada persona, independientemente de su origen.

El lanzamiento de este movimiento es un paso crucial para la dignificación de la comunidad venezolana y un llamado a la solidaridad y el respeto.

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Canción «La Celda 31»

En medio del encierro y las penurias de la Cecot, el ingenio y la esperanza de Arturo Suárez Trejo brillaron con una luz inesperada y con un simple pedazo de jabón y la superficie de un latón, el cantante venezolano compuso la canción «La Celda 31», una melodía que trascendió los muros de su prisión para convertirse en un himno de resistencia para sus compañeros migrantes.

Añadió que esta composición no fue solo un desahogo personal; sino también, una herramienta para la supervivencia psicológica de quienes compartían su calvario.

«La Celda 31» brindó a los detenidos la fortaleza que necesitaban, les inyectó una dosis de alegría y llenándolos de la esperanza indispensable para no decaer ante las brutales torturas y la opresión ejercida por el gobierno de Nayib Bukele.

Así, la música se transformó en un refugio y un arma silenciosa. La melodía de Suárez Trejo se convirtió en un recordatorio constante de que, incluso en las circunstancias más sombrías, el espíritu humano puede encontrar maneras de resistir, inspirar y mantener viva la llama de la libertad y la dignidad frente a la adversidad.

EO// Información de: VTV