Cuando entendamos la verdadera belleza, comprenderemos por qué lo que importa de un regalo no es el papel que lo envuelve, sino lo que llevan dentro
Menos es más, la belleza de lo simple

Menos es más, la belleza de lo simple – La belleza es subjetiva, pero muchas veces es ligada a lo ostentoso, creemos que, por algún rasgo facial, un cuerpo curvilíneo, ropa de miles o millones, vamos a conseguir estar en el foco de la atención, agradarles a otros, o ser importantes, dependemos de las opiniones de los demás, sin sentirnos bien con nosotros mismos.

Pero hablando con franqueza esto nos deja igual de vacíos, tampoco nos hace sentir mejor principalmente conformes, ni satisfechos, buscamos aprobación vacía, que nos impide demostrar el valor de nuestra verdadera belleza.

Aquella que va más allá de cuan bonita te puedas ver, supera lo físico, sin maquillajes, una que nos hace ser dulces, desinteresados, educados, respetuosos, nos hace estar bien, por dentro y por fuera. Es que no necesitas de la aprobación de otros cuando te sientes bien contigo mismo.

Leer También: La música puede ser un refugio en la tormenta

Porque sabes que estás haciendo lo correcto, por muy atractivo que seas físicamente, nunca será igual el reconocimiento de otros, si lo que reconoce es tu rostro, o tu cuerpo, y no al verdadero tú.

Viajando a una de las realidades más irrefutables “cuando entendamos la verdadera belleza, comprenderemos por qué lo que importa de un regalo no es el papel que lo envuelve, sino lo que llevan dentro” como buenos ciudadanos entendamos que el valor real que poseemos reside en lo que llevamos dentro.


EO// Redacción Pasante: Bárbara León