Esta tradición data de más de un siglo, y el signo de salvación venerado en la localidad es el original dejado por los marineros

Maturineses mantienen viva la tradición de Cruz de los Marineros. En el sector Palo Negro de Maturín, una arraigada tradición une a la comunidad en torno a la veneración de la Cruz de Los Marineros. La jornada dio inicio con una emotiva misa a las siete de la mañana, seguida por una solemne procesión por las calles de la comunidad en horas de la tarde, simbolizando exaltación y agradecimiento.

Una vez concluida la jornada religiosa, se tiene previsto que se lleve a cabo un compartir cultural en el que, al son de galerones y danzas típicas, se le rinde honor a la Santísima Cruz de Mayo. Tanto propios como foráneos se unieron para rendir homenaje al madero, situado en una pequeña colina con vistas a las sabanas del río Guarapiche, que antaño servía como punto de referencia para las embarcaciones que navegaban sus caudalosas aguas. Según los moradores, esta tradición data de más de un siglo, y el signo de salvación venerado en la localidad es el original dejado por los marineros.

El Presbítero Miguel Febres, párroco de la iglesia San Simón, destacó que los navegantes comerciaban con café, cacao, maíz, frijoles y otros productos típicos de la zona. Además, señaló que la conexión con el río San Juan y el mar abierto ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva: “Hay gente mayor que recuerda la historia de las embarcaciones y la tradición por venerar al madero quedó arraigada entre los habitantes del lugar”.

Los vecinos demuestran un celoso cuidado hacia la Cruz; tanto es así que hace años le fue construida una capilla en la cual reposa y donde cientos de personas acuden para rezar y agradecer o solicitar algún milagro.

Iglesia Santa Cruz:

La parroquia que rinde honor al símbolo de salvación, se prepara para celebrar la fiesta de la exaltación de la Cruz este viernes.

Con motivo de esta festividad, se llevarán a cabo dos eucaristías, siendo la central presidida por el obispo de la Diócesis de Maturín, Monseñor Enrique Pérez Lavado, a las cinco de la tarde.

Una vez culminado el rito litúrgico, se realizará la tradicional procesión y se llevarán a cabo entonaciones de cantos y danzas típicas de la fecha. Este día es aprovechado para agradecer la llegada de las lluvias y con ellas, la bendición para la producción de los suelos y campos.

Esta celebración representa una oportunidad para reunirse en comunidad, reflexionar sobre el significado espiritual de la Cruz y expresar gratitud por los dones recibidos. Sin duda, será un momento lleno de fe y tradición para todos los participantes.

EO// Redacción de: Durfelix Rivas