Muchas veces esto no es así; existen quienes son enemigos, y han llegado a tener fuertes discusiones, tal cual sucede en las familias de sangre
Los vecinos también son nuestra familia

Los vecinos también son nuestra familia – Al momento de mudarnos a una casa donde somos jefes de familia, muchas veces las personas que viven cerca tienden a acercarse para presentarse y ponerse a la orden ante cualquier necesidad; nuestros vecinos quienes luego de unos días pasan a ser como nuestra familia.

Existen algunos aspectos para mantener una buena convivencia, entre los que destaca el respeto como elemento fundamental para que prevalezca la paz. En las grandes ciudades muchas veces los moradores ni siquiera se conocen, pero el gentilicio venezolano tiende a ser más sociable, por lo que es común que exista un buen trato entre vecinos.

Muchas veces esto no es así; existen quienes son enemigos, y han llegado a tener fuertes discusiones, tal cual sucede en las familias de sangre. No obstante, el sentido de la reconciliación debe prevalecer, pues la cercanía con estas personas nos hace tener que verlos todos los días.

Por otro lado, existen distintos tipos de vecinos: tenemos quienes buscan una amistad, otros que buscan una crítica o simplemente quienes van a buscar “un poquito de azúcar” o una pequeña cantidad de algún producto que falta en sus casas, existen quienes desde un principio hacen distancia para evitar inconvenientes futuros o simplemente por su personalidad poco sociable.

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¿Pero cuál sería la mejor opción?

El respeto, la paz y la convivencia siempre serán la mejor opción; la distancia muchas veces no es buena, pues ante una emergencia nuestros vecinos suelen servir de mucha ayuda. Como venezolanos, principalmente en los campos o zonas rurales, siempre ha sido común el compartir un almuerzo o un café, lo que termina siendo en muchos casos una conversación fluida que refleja la confraternidad dentro de las zonas de residencia.

El trato siempre debe existir; ellos nos escuchan cantar, gritar, pelear y llorar, nos ven salir, sus hijos juegan con nuestros hijos, entre muchas otras actividades que se realizan con esas personas que siempre tenemos cerca. La confianza se debe establecer desde el valor del respeto, para llegar a ser una familia vecinal realmente unida, buscando un futuro mejor para los niños que van creciendo y así tener unos mejores ciudadanos dentro de nuestro sector.

¿Y tú, desde cuándo no tomas un café con tu vecino?

EO// Redacción: Antony Benítez