
Los Spurs dejaron al borde del abismo a Graham Potter en el Chelsea. El derbi londinense acentuó la mejoría de los Spurs que aprovecharon la crisis de su vecino, el Chelsea, para derrotarlos 2-0 y asentarse en la parte alta de la Premier; mientras que agrandó la intranquilidad de los ‘blues’, que continúan en caída libre.
No tiene fin el hundimiento del conjunto de Graham Potter. Ni la llegada de Joao Felix ni el desembolso económico por Mykhailo Mudryk, ni la redención de Aubameyang sanean la situación del Chelsea. Los Blues ya suma cinco encuentros sin ganar por la liga y están en el décimo puesto de la clasificación, fuera de cualquier objetivo.
El cuadro de Potter, cuyo futuro es cada vez más incierto, ofrece una decepción tras otra. Tras los empates seguidos contra el Liverpool, Fulham y West Ham se añadieron las derrotas ante el Southampton y Tottenham. Tres puntos de quince posibles resumen el deambular de los londinenses.
Apenas inquietaron a los Spurs, un equipo que tampoco termina de encontrar su identidad, pero que se aferra a la parte alta de la tabla para mantener sus expectativas competitivas. Tienen cuatro victorias en los cinco últimos duelos. La obtenida ante su vecino es la segunda seguida, la que aleja la amenaza del Newcastle, quinto, en la puja por la zona Champions.
El conjunto de Antonio Conte fue el que más claramente creyó en el triunfo en un duelo tenso y cerrado durante todo el tiempo.
A la media hora pudo tomar ventaja el cuadro local en un tiro de Hojbjerg, que dio en el poste derecho de Kepa. Se salvó el Chelsea que no lograba conectar el talento de su ataque para poner en apuros a Fraser Forster.
De hecho, a la vuelta de vestuarios, al inicio de la segunda parte, el encuentro empezó a agitarse. Los Spurs tomaron ventaja. Un tiro lejano de Emerson no lo consiguió atajar Kepa. Lo recogió Enzo Fernández que despejó sin destino. La pelota cayó en los pies de Skipp, que se hizo un hueco y ejecutó un fuerte disparo que superó al portero español.
El tanto terminó por desquiciar al cuadro de Potter que cayó en la aceleración y el desorden. Su dominio no inquietó tampoco al conjunto local, ordenado y dominador del ritmo y el juego.
Ni Denis Zakaria ni Mason Mount mejoraron al Chelsea que encajó el segundo tanto en el tramo final. Fue en un córner ejecutado por Heung Min Son que cabeceó Eric Dier al segundo palo donde estaba Harry Kane, sin oposición, que solo tuvo que empujar la pelota a la red.
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