La niña era golpeada con un bate de críquet, quemada con colillas de cigarrillos y privada de oxígeno con una bolsa
Larga condena para los padres que torturaron 2 años a su hija de 10 hasta la muerte –. Una historia horrorosa, de esas que dan ganas de llorar y hacen perder por completo la fe en la humanidad. Llena de crueldad, como todas las que implican violencia, pero con la agravante de que la víctima es una niña de diez años que sufrió todo tipo de torturas por parte de su padre y su madrastra, mientras su tío hacía la vista gorda, hasta morir.
El Old Bailey, tribunal penal de Londres, encontró ayer culpables de asesinato a Urfan Sharif, de 43 años, un taxista de origen paquistaní, su esposa Beinash Batool, de 30 años, y su hermano Faisal Malik, de 29. Que vivían juntos en la casa de Woking (Surrey) en la que la pequeña Sara (de madre polaca) fue hallada muerta. La autopsia reveló más de un centenar de heridas internas y externas, quemaduras y laceraciones acumuladas durante un largo periodo. Sin poder determinar cuál de ellas fue la gota que colmó el vaso y la causó eventualmente la muerte.
Leer también: Argentina| Niño mató a su hermana de 3 años tras dispararle con un rifle de aire comprimido
No quedan libres de polvo y paja ni el juez que dio la custodia de Sara a su padre tras una larga disputa legal cuando se separó de la madre de Sara, ni el colegio del que la pequeña fue sacada para “ser educada en casa” (a golpes), ni los servicios sociales que se lavaron las manos cuando dejó la escuela, a pesar de que profesores y compañeros de clase habían denunciado que con frecuencia la veían magullada y traumatizada, a pesar de que llevaba el velo para que las huellas de las palizas fueran menos obvias. Ella decía cosas como que se había caído de la bici.
EO/// con información de: La Vanguardia