Lo que comienza como una broma o una demostración de audacia, impulsado por la incansable búsqueda de «likes» y visibilidad, tiene un lado oscuro que ya ha dejado un camino de tragedias

La urgente necesidad de poner freno a los retos virales – Los retos virales han pasado de ser una forma divertida e inofensiva de conectar en redes sociales a convertirse en una peligrosa ruleta rusa que pone en riesgo la vida, especialmente la de los jóvenes.
Por lo tanto, plataformas como TikTok, YouTube o Instagram está diseñada para recompensar la novedad y el impacto. El algoritmo prioriza el contenido que genera interacción, y nada genera más interacción que un desafío extremo, impactante o controvertido.
Los casos que terminan en tragedia, ya sea por asfixia, quemaduras, caídas mortales o accidentes de tráfico, exponen varios problemas graves. La juventud suele tener una menor percepción del riesgo. Ven a otros realizarlos y asumen que, si no pasa nada en el video, no les pasará nada a ellos. No diferencian la edición profesional de la realidad ni entienden las posibles consecuencias médicas o legales.
Asimismo, la presión para unirse al reto es colectiva y global. Si un reto se vuelve tendencia mundial, la sensación de que hay que hacerlo es casi irresistible para quienes buscan integrarse.
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La solución a este problema no recae únicamente en las plataformas, aunque su responsabilidad de actuar con rapidez y contundencia es inevitable. Es una tarea que involucra a la sociedad en su conjunto. Es fundamental dejar de ver las redes sociales como un simple entretenimiento. Deben convertirse en espacios de diálogo abierto donde se enseñe a los jóvenes a desarrollar un pensamiento crítico sobre el contenido que consumen y la diferencia entre el impacto digital y el impacto real.
Por otra parte, debemos aprender a ser consumidores responsables. Si un reto parece peligroso, la respuesta no debe ser compartirlo para criticar, sino reportarlo y negarse a participar, para ir cortando de raíz la cadena de viralidad.
Los retos virales deberían ser un camino de creatividad y alegría de la comunidad digital, no un recordatorio de hasta dónde puede llegar la desesperación por la fama efímera.
EO// Redacción: Victor Rojas