«Mi carrera me la he ganado, no me cayó del cielo, siempre he sido muy profesional»
La primerísima Mirla Castellanos Uno se busca su destino, su suerte

La primerísima Mirla Castellanos Uno se busca su destino, su suerte-. Mirla Castellanos es una de las grandes artistas que engalanó la televisión venezolana y el certamen del Miss Venezuela en sus años de mayor esplendor; además, con su voz recorrió gran parte de Hispanoamérica y su interpretación del emblemático tema Venezuela se ha convertido en un himno junto al Alma llanera.

Desde Madrid, El Universal conversó con “la Primerísima”, quien se reencuentra con los medios a un año de la desaparición física del gran amor de su vida, Miguel Ángel Martínez. Mirla Castellanos es una mujer que hizo historia, que es leyenda y en la tómbola del mundo tuvo mucha suerte: “Me enfoqué en una sola cosa; hacerlo bien, por eso me preparé, tuve disciplina artística y conté con muchas personas que me ayudaron con sus consejos. ¿Qué iba a triunfar o no?, eso nunca lo sabes”.

Mirla confiesa que al principio tuvo muchas dudas, «cuando debuté en la década de los 60, estaba muy joven, había otro tipo de cantantes, de música, de estilos, yo era lo que llamaban una chica yeyé; tenía que armarme de valor y decir aquí estoy yo. A pesar de todo, siempre creí en mí».

Nos cuenta como su madre creyó en ella y en su talento. «Gracias a mi madre tengo esta profesión. A ella le encantaba cantar y decía que yo sería cantante, que me ayudaría a serlo. Este gusanito empezó cuando tenía cinco años». «Mi madre puso en mis manos un futuro bellísimo. Yo poco a poco fui aprendiendo, viajando, grabando discos, ganando premios. Dios se ha portado conmigo maravillosamente bien».

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Aunque la carrera artística es difícil, no solo basta con el talento, a veces también es necesaria la suerte.
Uno se busca su destino, su suerte, uno debe prepararse. Mi carrera me la he ganado, no me cayó del cielo. Siempre he sido muy profesional, cuidé mi carrera, mis canciones, mis actuaciones, cuidé a mi equipo de trabajo y mi vida personal la mantuve en privado.

Mi madre me ayudó en esos momentos, me decía: “Cuidado con el ego, dentro y fuera de esta casa eres una persona común y corriente, no se desvíe”.

La artista estuvo casada dos veces. «Primero con Miguel Ángel Landa, seguimos siendo buenos amigos porque tenemos dos hijos, a quienes respetamos. Después me casé con Miguel Ángel Martínez, estuve cuarenta y cinco años casada con él, me dio una vida preciosa y me dejó una hija, Yolanda José», el cual fue su último amor.

A veces me siento muy triste. Él fue mi gran compañero, me ayudó muchísimo en mi carrera. Ahora no lo tengo a mi lado. Hablé de esto con un cura, me dijo que el pensamiento y el recuerdo son más fuertes, pero él se fue, ahora cómo lo beso, cómo lo abrazo… No está ya a mi lado, solo está en las fotos, en mi corazón y mis pensamientos.

La muerte es algo que le aterra. «Me inquieta, me angustia. ¿Hay otra vida después? No lo sé, solo tengo una fe inmensa en mi pecho. Ojalá, si existe otra vida me encuentre con mi esposo».

Tengo 84 años, nací en 1941. Nunca he ocultado mi edad porque la cara no me ayuda. Siempre me cuidé: no tomo, no fumo, tampoco me trasnocho ni parrandeo; la gente pensará que fui una mujer muy aburrida. Yo no tengo complejos, no me importa que la gente me diga que estoy viejita, al contrario, si estoy viejita es porque estoy viva.

«Libre de problemas y cosas feas, expreso como ve la vida por su ventana: «el sol, la lluvia, los animales. Pero también cuando me veo al espejo, veo lo que Dios quiso de mí y cada día me doy ánimo: “Mirla, tienes que seguir hasta al final, para que en tu lápida se escriba»: ‘’¡Valió la pena!».

EO/// Con información de: El Universal