¿Un Nuevo Orden o una Crisis Humanitaria?

La megacárcel del silencio «Cecot» El Centro de Confinamiento en El Salvador – El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, es una prisión de máxima seguridad inaugurada el 31 de enero de 2023, diseñada para albergar a 40.000 pandilleros. Se ha convertido en un símbolo de la “guerra contra las pandillas” del presidente Nayib Bukele.
Cecot está situada a 74 km de San Salvador, en un entorno rural; y en términos de seguridad está rodeada por dos cercos electrificados y muros de concreto, con una capacidad para 40.000 reclusos, lo que la convierte en una de las prisiones más grandes del mundo.

Su infraestructura cuenta con 256 celdas con paredes de cemento y barrotes, 8 pabellones de 5.446 metros cuadrados con 32 celdas cada uno; techo de malla para vigilancia, dos pilas de agua controladas desde el exterior. Dos retretes sin privacidad. Sin ventanas, ventiladores ni extractores y el calabozo de castigo con cama de cemento, pila de agua y retrete.

En el complejo penitenciario tampoco hay espacios conyugales, a diferencia de otros centros penales. ”No hay visita íntima ni visitas familiares”. Eso está prohibido para este tipo de personas, había dicho el viceministro Luna en un recorrido televisado en el que acompañó a Bukele.

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El Cecot “es un moridero de concreto y de acero donde hay un cálculo perverso para eliminar a las personas sin aplicar formalmente la pena de muerte”, le dijo en 2023 a BBC Mundo Miguel Sarre.

El Salvador recibió a 238 deportados, presuntos miembros del “Tren de Aragua”, procedentes de Estados Unidos, todos de nacionalidad venezolana.

El acuerdo entre EE.UU. y El Salvador es un signo de fortalecimiento de los lazos diplomáticos. EE. UU. habría acordado pagar a El Salvador seis millones de dólares (5.502.792 euros) para encarcelar a 300 presuntos miembros de Tren de Aragua durante un año.

Los deportados venezolanos, arrojados a este abismo, se enfrentan a un destino incierto, lejos de su tierra, de sus familias, de toda posibilidad de futuro. Sus voces se pierden en el eco de los pasillos, sus rostros se confunden en la multitud de almas condenadas.
¿Es posible construir un mundo más seguro a costa de la humanidad?
EO// Redacción Nangelys Gamboa