El ritmo de vida actual de los pequeños de la casa, puede tornarse tan complejo: actividades académicas, responsabilidades en el hogar, actividades extracurriculares; y claro, el uso excesivo del celular, puede llevar a la gran interrogante: ¿De verdad importa tanto dormir?

La importancia del sueño en la infancia-. La ciencia lo tiene clarísimo: ¡claro que importa, y muchísimo! No es que sea un capricho, es que, si no se duerme bien, la mente y el cuerpo de un niño simplemente no funcionan.
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Los expertos lo tienen más que estudiado, por ejemplo, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM) dicen que los niños de 6 a 12 años deberían dormir entre 9 y 12 horas. Mientras duermes, el cerebro se pone a trabajar a tope.
Es como un disco duro que se organiza, guarda recuerdos, procesa todo lo que has aprendido en el día y se prepara para lo que viene.
¿Y qué pasa si te saltas esto?
Un infante que no duerme lo suficiente se vuelve irritable, no se concentra, le cuesta resolver problemas y, lo peor de todo, se le olvida todo. Es como si el tiempo que le robas al sueño por la noche lo perdieras al día siguiente en la escuela.
El celular, la tablet, la computadora, esa luz azul que sale de las pantallas es el peor enemigo del sueño, le dice a tu cerebro que aún es de día y le fastidia la producción de melatonina, la hormona que te da sueño.
Usar estos dispositivos justo antes de acostarse es como darle un café al cerebro: no solo no te duermes, sino que la calidad del sueño, no vale nada.
Los padres tienen que ser firmes, una hora fija para ir a la cama, cero pantallas antes de dormir, y en su lugar, un libro o una charla tranquila. Esto no es una batalla de poder, es una inversión en el futuro de los niños y niñas.
El éxito de verdad viene cuando tu cerebro está fresco, listo para absorberlo todo. Dormir no es un capricho, es la base para aprender y ser feliz.
Es el pilar silencioso que sostiene todo lo demás.
EO// Redacción de: Victor Rojas