Escuchar con atención y mostrar interés y respeto por las opiniones ajenas son la base para lograr una buena conversación

La importancia de escuchar con atención. — Imagina que estás tomando un café con una amiga y sientes la necesidad de contarle una mala experiencia que estás atravesando, pero esta amiga, en lugar de escucharte y prestar atención a tus emociones, no para de hablar de sí misma y se muestra aburrida cuando tú intervienes en la conversación.

Este comportamiento, además de ser grosero y molesto, puede tener un impacto negativo en las emociones de la persona que no se siente escuchada.

La escucha atenta es un acto de solidaridad y empatía hacia el prójimo. Cuando escuchamos activamente a alguien, le demostramos que valoramos lo que tiene que decir y que nos importa su opinión. Esto crea un vínculo más fuerte y profundo, fortaleciendo nuestras relaciones.

Si tú no te sientes escuchado, es importante que selecciones mejor a las personas que te podrían acompañar en un momento en que requieras atención.

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Si, por el contrario, tú eres de los que no presta mucha atención a los demás y consideras que tus opiniones, problemas y pensamientos son más significativos, te invitamos a practicar la escucha activa. Al escuchar con atención, podemos entender mejor los pensamientos, sentimientos y perspectivas de los demás. Esto reduce los malentendidos y evita conflictos innecesarios.

Cuando las personas se sienten escuchadas y comprendidas, es más probable que confíen en nosotros y se abran a compartir sus experiencias y emociones más profundas. La escucha activa nos permite abordar los conflictos de manera más constructiva, ya que nos ayuda a ver las cosas desde el punto de vista del otro y a encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.

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En conclusión, cuando nos sentimos escuchados y comprendidos, disminuye nuestra sensación de estrés y ansiedad. Sabemos que podemos contar con nuestros seres queridos para apoyarnos. Al escuchar con atención, estamos fomentando la empatía, lo que nos permite comprender y compartir emociones, haciéndonos sentir más conectados y felices.

La escucha activa es una habilidad esencial para construir relaciones sólidas y saludables. Al escuchar a nuestros amigos y familiares con atención y empatía, no solo los ayudamos a sentirse mejor, sino que también mejoramos nuestro propio bienestar emocional.

¿Y tú? ¿Ya prestas atención a lo que te dicen tus hijos, familiares y amigos?

EO // Marinés Rivas