¿Por qué tener la necesidad de perjudicar a los demás?, cuán difícil se ha vuelto en estos tiempos poner a flor de piel nuestra empatía sumada con un poco de conciencia
“La conciencia y la apatía se fueron al campo un día, más pudo la apatía”…

 “La conciencia y la apatía se fueron al campo un día, más pudo la apatía”…-. Tal vez será el estrés del día a día, los cambios de humores por situaciones que nos aquejan, muchos factores que pueden influir, pero: ¡detente! Estas excusas no deberían ser válidas ni aceptadas para ningún ciudadano que no se centra a meditar la importancia de ser empático con los demás para evitar lastimarlos, pues cada quien lleva su cruz acuesta, quizás algunos, más pesadas.

Leer más: El arte de vivir sin estrés un camino hacia una mejor ciudadanía

Según investigaciones realizadas a través de medios digitales, la apatía se manifiesta como una ausencia de iniciativa, lo que puede afectar las relaciones sociales, laborales y la capacidad para disfrutar la vida y la conciencia al conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios.

 Los venezolanos nos caracterizamos por nuestra sensibilidad humana, no dejemos que la evolución del tiempo nos cambié nuestra esencia, apostemos a nutrir nuestra empatía con los demás; practiquémosla a diario, con la abuelita que abordó un bus y nadie le cede al asiento, con el niño que llora de aburrimiento en un largo viaje, con aquellos que escampa un fuerte aguacero en algún lugarcito y usted chofer lo moja sin contemplación ninguna, con aquel que no tiene para comer…

¡No dejemos que la apatía pueda más que la conciencia!

EO// Redacción: Lcda Carlenis Avendaño