El pescado azul de pequeño tamaño es perfecto para escabechar, no hay que quitarle las escamas y se puede comer entero con un poco de maña
Jurelitos en escabeche con cachelos: Ideal para un picnic

Jurelitos en escabeche con cachelos: Ideal para un picnic –. Los escabeches son para el verano. A cambio de unas gotas de sudor mientras fríes (aunque también hay escabeches sin fritura) tienes la recompensa de un aliño delicioso y un plato que no solo está bueno frío: mejora con el tiempo.

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Se puede escabechar casi cualquier cosa: pollo o pavo, berenjenas, calabacines… y pescado, mucho pescado. El verano gallego huele a sardinas, pero no hay que menospreciar los jurelitos.

El jurel, o chicharro, es una joya: barato –aunque su precio está subiendo, como el de casi todo el pescado–, azul, sabroso. Y tiene una ventaja clara sobre la sardina: no hay que quitarle las escamas. A cambio, es algo menos graso —pero por eso lo escabechamos, para que se empape de aceite rico.

A mí me gusta usar jurelitos, es decir, piezas pequeñas que se comen enteras con un poco de maña. Pero si tienes acceso a chicharros medianos, puedes hacer lo mismo fileteándolos.

No es obligatorio acompañarlos con cachelos –patata cocida con piel–, pero en Galicia es un clásico de verano. Y no son un acompañamiento cualquiera: equilibran la acidez del escabeche y absorben parte del jugo. Si eres gallego, no hace falta que te lo explique. Si no lo eres, créeme: cachelo + escabeche = gloria bendita.

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Hay abuelas que tenían la fuente del escabeche en la repisa todo el verano, añadiendo pescado, verdura y aliño según fuera menguando. A día de hoy no parece muy recomendable esa práctica, y el sitio del escabeche está en la nevera. Antes de comerlo, saca la cantidad que quieras para que se atempere, y también viaja bien para un picnic.

EO// Información de: ElPaís