Dorángel Vargas afronta la condena de, Inimputable por enfermedad mental y recluido en un lugar específico

José Doráncel Vargas: el olvidado caso del ‘Comegente’-. Muchos venezolanos recordarán cuando José Doráncel Vargas apareció ante las cámaras, todo barbudo y desgreñado; admitiendo que se había comido algunas partes de sus víctimas. Sin embargo, hay algo más en su historia que podemos analizar.
Podría tratarse de una víctima que se convirtió en victimario, este criminal nació en el estado andino de Mérida, fue el tercero de diez hijos de una pareja agrícola humilde.
De pequeño su comportamiento daba indicios de que algo no andaba bien. Como por ejemplo; su gusto por descuartizar gallinas para comerlas crudas y beber su sangre.
En su pubertad fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide, enfermedad psiquiátrica que nunca fue tratada y se gradúo con el paso del tiempo, por lo que terminó deambulando por distintas zonas del país.
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Hasta terminar viviendo en un túnel debajo de un puente en la ciudad de San Cristóbal, Táchira.
Doráncel Vargas, vivía completamente fuera de la realidad, y como si se tratara de un hombre primitivo, cazaba perros, animales y pájaros para alimentarse.
El problema escaló cuando pasó de cazar animales, a cazar personas. Su primera víctima fue Cruz Baltasar Moreno, un hombre de 40 años. Cuyos restos fueron encontrados en las orillas del Río Torbes, Dorángel fue detenido por homicidio intencional y porte ilícito de armas blancas.
Fue encarcelado con la orden de ser internado en la Institución de rehabilitación psiquiátrica, duró muy poco tiempo en dicho centro de salud mental, debido a que las autoridades determinaron que no representaba ningún peligro para la sociedad.
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Esta decisión errónea ocasionó que un aproximado de diez personas perdieran la vida a manos del «come gente».
Durante 2 años se había alimentado de los cuerpos trozados de una docena de personas, su modus operandi era salir a cazar con una lanza que el mismo había fabricado, Doráncel admitió haberlo hecho por necesidad y por hambre.
Debido a su trastorno mental no podía ser procesado por sus delitos ni enviado a un centro penal y al no existir en Venezuela un centro de reclusión especializado en pacientes infractores, Doráncel permanece de manera indefinida en los calabozos de Táchira.
EO//Redacción de: Jesús Rodríguez