La reforma elimina el mecanismo automático de transmisión de la ciudadanía italiana por ius sanguinis para quienes hayan nacido en el extranjero y posean otra nacionalidad
Italia limita el acceso a la ciudadanía por descendencia

Italia limita el acceso a la ciudadanía por descendencia-. El gobierno italiano ha promulgado la Ley 74/2025, que introduce las reformas más profundas en décadas al sistema de ciudadanía italiana por descendencia. La nueva normativa, publicada el 23 de mayo en la Gazzetta Ufficiale, redefine quiénes pueden reclamar la nacionalidad italiana y bajo qué condiciones, generando preocupación y controversia entre millones de descendientes de italianos en el mundo, especialmente en América Latina.

La reforma elimina el mecanismo automático de transmisión de la ciudadanía italiana por ius sanguinis para quienes hayan nacido en el extranjero y posean otra nacionalidad. Limitando el derecho a solicitar el reconocimiento administrativo únicamente a hijos o nietos de italianos que sean o hayan muerto siendo exclusivamente ciudadanos italianos. Los bisnietos quedan excluidos, salvo casos excepcionales.

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Para los menores de edad nacidos antes del 27 de marzo de 2025, la ley otorga un plazo hasta el 31 de mayo de 2026 para ser registrados como italianos. Los nacidos después de esa fecha solo podrán ser reconocidos si la solicitud se presenta dentro del año siguiente a su nacimiento. Además, se exige que los hijos menores de nuevos ciudadanos residan al menos dos años en Italia para acceder a la ciudadanía.

La ley prevé un régimen de protección para quienes hayan iniciado trámites o recibido turnos consulares antes del 27 de marzo de 2025, quienes podrán continuar sus procesos bajo la normativa anterior. También se reduce de tres a dos años el plazo de residencia legal en Italia exigido para descendientes que busquen la ciudadanía por naturalización.

Críticas y cuestionamientos constitucionales

La reforma ha sido duramente criticada por especialistas y asociaciones de italianos en el exterior, que la consideran discriminatoria y contraria a derechos adquiridos.

  • Argumentan que la ley viola el principio de no retroactividad de las normas (artículo 11 del Código Civil).
  • Afecta derechos de sangre reconocidos por la Ley 91/1992 y el principio de igualdad ante la ley (artículo 3 de la Constitución).
  • Advierten que podría entrar en conflicto con tratados internacionales que desaconsejan cortar vínculos históricos con el país de origen.

La Ley 74/2025 marca un antes y un después en la política de ciudadanía italiana, dividiendo a los descendientes en dos grandes grupos. Quienes podrán acceder a la ciudadanía por derecho de sangre y quienes deberán cumplir nuevos y más estrictos requisitos, o incluso quedarán excluidos.

EO // Con información recopilada en la web