Cada 21 de septiembre, con la llegada de la primavera, las redes sociales se inundan de videos y publicaciones donde los usuarios muestran flores amarillas. Esta tendencia tiene un origen particular ligado a la cultura popular argentina

¡Hoy regalamos flores amarillas! -. La razón detrás de este fenómeno se encuentra en la canción “Flores amarillas”, parte de la banda sonora de la reconocida novela de Cris Morena, Floricienta. El color amarillo simboliza alegría, esperanza y renovación en esta fecha especial.
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El tema musical precisamente narra el sueño de la infancia de la joven protagonista: recibir flores amarillas.
Este detalle, junto con la popularidad que tuvo entre sus seguidores la producción juvenil, se encargó de catapultar la historia a una tendencia masiva en redes sociales.
Más allá de la estación, esta práctica adquirió un peso emocional en la vida de las personas. Para muchos, entregar un ramo amarillo es sinónimo de cariño sincero, compromiso y buenos deseos.
En las parejas, se interpreta como una señal de unión y promesa de amor.
Entre amigos y familiares, funciona como un recordatorio de aprecio y cercanía.
En entornos laborales, se ha extendido como un gesto de cortesía y buena vibra.
En algunos lugares, incluso se percibe como una especie de regla tácita: no regalar flores amarillas el 21 de septiembre puede interpretarse como una falta de atención hacia los vínculos más cercanos.
Más allá de la estación, esta práctica adquirió un peso emocional en la vida de las personas. Para muchos, entregar un ramo amarillo es sinónimo de cariño sincero, compromiso y buenos deseos.
En Perú, la costumbre se refleja directamente en el movimiento de los mercados. Espacios tradicionales como el de Santa Rosa, en el Rímac, o Piedra Liza, en San Juan de Lurigancho, ven cómo las ventas de flores amarillas se disparan.
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Desde entonces, cada año vuelve a cobrar fuerza en redes sociales y medios latinoamericanos, extendiéndose a México, Perú, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, Venezuela y otros países como un gesto de cariño y una celebración estacional.
¿Cuáles son los tipos de flores amarillas?
Las flores amarillas más usadas en tradiciones y celebraciones regionales combinan símbolos de amistad, sol y renovación con ritos locales muy arraigados.
Girasoles: emblema de luz y vitalidad; son la opción más popular en regalos por su asociación directa con el sol y la alegría en tendencias recientes en Latinoamérica.
Rosas amarillas: vinculadas a amistad, gratitud y buenos deseos en la cultura occidental; se usan mucho en arreglos de ocasión y fechas del equinoccio.
Tulipanes amarillos: elegidos para celebrar comienzos y optimismo; frecuentes en ramos urbanos y campañas estacionales.
Margaritas y gerberas amarillas: símbolos de frescura y ánimo; habituales en ramos juveniles y combinaciones económicas para fechas virales.
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Mimosas y narcisos: asociados a la primavera y al renacer; se emplean como señal de estación en países del hemisferio norte y sur según la fecha local.
Cempasúchil o flor de muerto (Tagetes erecta): flor amarilla-anaranjada central en los altares de Día de Muertos en México; sus pétalos y aroma guían a los difuntos según la tradición.
Lirios amarillos: presentes en ritos y arreglos formales, con connotaciones de claridad y buen augurio en contextos festivos. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»
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