El popular club nació en octubre de 1917 y perdió su primer juego por paliza en febrero de 1918.
Hace 105 años nació devoción magallanera. Hace 105 años el beisbol venezolano conoció el primer club denominado Magallanes.
El 26 de octubre de 1917, en un bar del oeste capitalino, ubicado entre las esquinas de Bolero y Camino Nuevo, en la “Bajada de Moreno”, muy cerca del palacio de Miraflores, en un botiquín llamado Backstop, un grupo de entusiastas aficionados fundó la primera divisa beisbolera bajo la denominación de Magallanes.
Antonio Benítez Abedanck, propietario del establecimiento, fue quien sugirió el nombre, en homenaje al navegante portugués Fernando de Magallanes.
Su propuesta se impuso por apenas un voto al nombre Balboa, que llevó a la mesa Ricardo Salomón, mientras que Alfredo Caglianone estimó que debía llamarse Colón y Jesús Gómez se inclinó por darle el nombre del fundador de la ciudad capital, Diego de Losada.
A principios del mes de noviembre la prensa caraqueña informa que el Magallanes B.B.C. está convocando jugadores interesados en formar parte de este nuevo centro deportivo. En febrero del año 1918 se anuncia que están listos para competir.
Entonces cuentan con 29 peloteros que fueron divididos en dos novenas: la Blanca y la Azul, catorce en la primera y quince en la otra.
Navegantes del Magallanes
El 24 de febrero de 1918, ciento doce días después de haber sido fundado, Magallanes juega su primer encuentro formal en la pelota capitalina de tercera categoría. Frente al club Flor del Avila pierde su primer compromiso por paliza de 20-6.
De acuerdo con la prensa capitalina de la época, Magallanes se retira del torneo en mayo de 1918. En nueve juegos dejó marca de 3-5 con un empate. Diez años después, en 1927, surge otro club con el mismo nombre, el cual se mantiene activo hasta 1933.
En 1941, de la mano de don Carlos Lavaud, cobra vida nuevamente en la primera división y sigue en el profesional desde 1946 hasta que desaparece en 1956.
Renace en 1964 en Caracas y en 1969 se muda a Valencia, ciudad en la que conserva su sede actual y la misma legendaria pasión de su fanaticada a lo largo y ancho del país.