El ahora expresidente Iván Duque, acérrimo opositor de Petro, se rehusó a cederla para la ceremonia.
Gustavo Petro
Gustavo Petro, presidente de Colombia.

La ceremonia de investidura de Gustavo Petro como primer gobernante de izquierda de Colombia tuvo una pausa inesperada por cuenta de una espada cargada de simbolismo y que terminó sembrando discordia entre el gobierno entrante y el saliente.

“Como presidente de Colombia le solicito a la Casa militar traer la espada de Bolívar. Es una orden del mandato popular y de este mandatario”, dijo Petro en su primera decisión tan pronto tomó juramento.

Solo hasta que el arma fue llevada de la sede presidencial hasta la Plaza de Bolívar, donde se llevaba a cabo el acto, el nuevo mandatario dio su discurso de investidura.

Se trata de la espada del héroe independentista Simón Bolívar. Robada en 1974 por la guerrilla del M-19, de la que Petro hizo parte, la espada fue devuelta en 1991 tras el desarme de esa organización.

Duque se rehusó a prestarla

El ahora expresidente Iván Duque, acérrimo opositor de Petro, se rehusó a cederla para la ceremonia.

Finalmente fue llevada hasta la Plaza de Bolívar en una urna de vidrio por cuatro miembros de la guardia presidencial que acataron la primera orden del nuevo mandatario.

“Llegar aquí, junto a esta espada, para mí es toda una vida, una resistencia. Esta espada representa demasiado para nosotros”, destacó Petro.

Entre los invitados a la ceremonia estaba Carlos Sánchez, un veterano exguerrillero del M-19 que participó en el robo de la espada.

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