El trabajador cultural fue adoptado por la Sultana del Guarapiche, donde es testigo del proceso transformador que experimenta el ámbito creativo, gracias a las políticas sociales de la alcaldesa Ana Fuentes
Gustavo Briceño: detrás del telón garantiza el éxito de un espectáculo

Gustavo Briceño: detrás del telón garantiza el éxito de un espectáculo – Un personaje silencioso y audaz, pasa desapercibido detrás del telón de la Casa de la Cultura Prof. “Inicita Aceituno”, sede principal del Instituto Municipal de la Cultura (Inculmat); sobre sus hombros está en gran parte el éxito de un espectáculo o evento cultural.

Se trata de Gustavo Briceño, caraqueño de nacimiento pero que fue adoptado por la Sultana del Guarapiche. Su función como parte de la fuerza laborar del Inculmat, es cumplir el rol de “tramoyero”, personaje que se encarga de subir o bajar la escenografía, tarea importante y que coadyuva a la vida teatral y otras expresiones artísticas.


Hace poco más de 20 años, Briceño vino a la ciudad con la misión de proyectar el teatro en la era que comenzó la Revolución Cultural, de manos del Comandante Hugo Chávez.

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“Desde la Casa del Artista me dieron la misión de venir a Maturín, junto a otros colegas del teatro. El objetivo era desarrollar proyectos para impulsar las artes escénicas. En aquellos años no existía aún la figura del Inculmat, por lo cual la Casa de la Cultura era dirigida por la Alcaldía directamente, contó el trabajador que lleva más de 18 años al servicio de la cultura del Municipio.

“Mi trabajo es exigente, y el manejo detrás del escenario es en definitiva el que garantiza el éxito de una puesta en escena de danza, teatro o musica. Por eso, el tramoyero es, en escencia, el mejor amigo del cultor y artista a la hora de mostrar su arte”, detalló.

Su basta experiencia le ha dado a Briceño la oportunidad de manejarse -como pez en el agua- en el ambiente cultural, siendo muy popular entre sus compañeros de labores, quienes lo admiran por ser parte de la historia cultural del Municipio, marcada por un eminente sentido de pertenencia que abre las puertas hacia un proceso de transformación en positivo, como lo viene proyectando la alcaldesa de Maturín.

El trabajador cultural muestra una gran emoción a la hora de hablar de su trayectoria, y lo que representa el desarrollo que ha tenido la cultura en la ciudad, siendo hoy Maturín, más moderna, humana y potencia artística.

Listo para todo
El tramoyero, debe tener una formación integral para desempeñar múltiples funciones en su área, como manejar la iluminación, y el sonido.
Al respecto, Briceño fue formado en los principales teatros de Caracas como: el Cristo Rey y el Raja Tabla, en los años 80.

Al surgir el proyecto de Casa del Artista, forma parte del elenco de tramoyistas, oportunidad que le abrió las puertas para venir en comisión de trabajo a Maturín, donde formó una familia con cuatro hijos, y donde es ampliamente conocido.

“La gente de la cultura me identifica mucho por llevar siempre una braga de obrero, la cual utilizo para mi jornada detrás del escenario. Allí he tenido la oportunidad de ver pasar a muchos directores de cultura, la mayoría de ellos artistas de la música, el teatro, cine y la danza, todos han gerenciado la cultura con el sueño de hacer de Maturín un municipio potencia en este ámbito, poco a poco se ven los resultados”, relató.

Revolución cultural
La tarea inicial de sentar las bases para impulsar el teatro en Maturín fue cumplida, por ello, fue llamado a retornar a su labor en la Casa del Artista, pero en poco tiempo su vida daría un giro de 360 grados al decidir regresarse.

En esos años, se declaró enamorado de Maturín, de sus espacios verdes, la tranquilidad y la paz que representaba para un capitalino atormentado por el bullicio de la gran ciudad.
Es así como Briceño no dudó en regresar e incorporarse al proceso de crecimiento de la cultura maturinés.

Este trabajador del Imculmat, valora el proceso transformador que ha experimentado el municipio.
“Hoy tengo mucho que agradecer a Brillitt Jiménez, presidenta del Imculmat, quien viene acertando en su idea de llevar la cultura a los espacios de las comunidades, para masificar las artes que al igual que crece la ciudad exigen más espacios para disfrutarlas”, dijo.

Destacó el trabajador que en Maturín se ha cumplido uno de los anhelos del comandante Chávez, que era visibilizar las expresiones del teatro, la danza, música, artes plásticas, literatura y todo lo que implica la creación que hoy en día van de la mano de la modernidad y el desarrollo que experimenta esta tierra.

Prensa Alcaldía de Maturín