Google no tomó las medidas necesarias para guardar los mensajes de los chats entre empleados, que deberían haber estado bajo guarda legal
Hoy empieza en Estados Unidos el juicio contra Google por la posición dominante de su buscador, un proceso en el que los reguladores federales del país intentarán desmantelar su imperio intentando probar que los de Mountain View manipularon el mercado a su favor haciendo que su motor de búsqueda fuese el predeterminado en multitud de dispositivos y elementos.
No solo eso, ya que según CNBC también se intentará demostrar que la compañía destruyó pruebas una vez que tuvo claro que había muchas posibilidades de que fuese juzgada por los cargos que se le imputan.
Al parecer, Google no tomó las medidas necesarias para guardar los mensajes de los chats entre empleados, que deberían haber estado bajo guarda legal. Entre otras cosas, la compañía no evitó que se autodestruyeran. Como suele ser habitual, en la compañía niegan las acusaciones de destrucción de pruebas hechas por el Departamento de Justicia.
Será un juicio largo, que durará aproximadamente 10 semanas, y cuando quede visto para sentencia no se espera que esta llegue hasta las primeras semanas del próximo año 2024. Si entonces el juez de distrito Amit Mehta decide que Google violó la ley, tendrá lugar otro juicio en el que se decidirán los pasos a dar para controlar a Google.
Durante la vista están llamados a declarar los principales directivos de Google y de su matriz, Alphabet. Entre ellos estará probablemente su CEO, Sundar Pichai. Pero también testificarán directivos de otras grandes tecnológicas, entre los que podría estar, según los documentos con los que trabaja el tribunal, el directivo de Apple Andy Cue.
Demanda por prácticas monopolísticas con el motor de búsqueda
Hace ya tres años que el Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó a Google por monopolio, alegando que la empresa había utilizado su posición dominante en búsquedas en Internet para conseguir una ventaja injusta con respecto a sus competidores. Los letrados del gobierno alegaron entonces que Google protege su franquicia mediante una especie de trama de sobornos pagando miles de millones de dólares cada año para ser el motor de búsqueda por defecto en el iPhone, y en navegadores como Safari de Apple y Firefox de Mozilla.
Los reguladores alegaron también que Google ha manipulado el mercado a su favor requiriendo que su motor de búsqueda estén integrado en su software Android para smartphones si los fabricantes de los dispositivos quieren tener acceso total a la tienda de apps de Android.
Además, la compañía también tendrá en su contra otro cargo: que Google ni hizo su herramienta de publicidad de búsquedas, Search Ads 360, lo bastante interoperable con Bing de Microsoft. En vez de eso, Google «favorece la publicidad en su propia plataforma y dirige el gasto de los anunciantes hacia sí mismo, negando de manera artificial a los publicistas la oportunidad de evaluar las opciones que darían mejores opciones a los anunciantes«.
En su defensa, Google ha alegado que se enfrenta a una amplia variedad de competencia, a pesar de contar con más del 90% del mercado de búsqueda en Internet. Para la empresa, sus rivales van desde motores de búsqueda como Bing hasta webs como Yelp y Amazon, sitios en los que quienes navegan por Internet pueden hacer preguntas sobre algo que necesiten comprar o los restaurantes a los que quieren ir. Para sus directivos, son las mejoras continuas a su motor de búsqueda lo que explica por qué la gente sigue abriendo su motor de búsqueda casi instintivamente.
EO// Con información de: 800 Noticias