“Respira, ama, sé feliz, disfruta de las cosas sencillas de la vida… Esto es lo único urgente, lo demás, aunque no lo creas, es secundario”

Felicidad es saber apreciar las cosas simples de la vida-. Las cosas sencillas de la vida son como esas estrellas que relucen en las noches despejadas. Siempre están ahí rodeándonos, ofreciéndonos su pequeña magia; Sin embargo, no todos los días nos detenemos a mirarlas ni recordamos que existen.
Solo cuando nos faltan, solo cuando la vida nos da un golpe apreciamos lo que de verdad construye a nuestro corazón. Lo que forma cada una de esas cuerdas internas que dan música y sentido a nuestra existencia.
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Hay miles de cosas hermosas y buenas frente a nosotros todos los días. Todo depende del ojo con el que se lo mire, y en que esta puesta nuestra atención. Si nos concentramos y preocupamos en todo lo negativo a nuestro alrededor, podemos experimentar estrés. En cambio, hacemos foco al presente en lo bueno, agradable y positivo, podremos descubrir todas las riquezas por las cuales estar agradecidos.
Todos nosotros tenemos más de una cosa que jamás cambiaríamos ni por la más increíble de las riquezas. La vida de tus hijos, tu pareja, tus hermanos o tus animales mascotas. Porque lo que nos dan y lo que les ofrecemos es un intercambio de afectos que no tiene precio.
No todas las personas saben apreciar las cosas simples. Tal vez porque son incapaces de verlas, otras porque no las aprecian y se inclinan más por el apego material, por la satisfacción inmediata, esa que no perdura.
“Respira, ama, sé feliz, disfruta de las cosas sencillas de la vida… Esto es lo único urgente, lo demás, aunque no lo creas, es secundario”.
Vivir una vida plena es comprender también que cada esfuerzo vale la pena, porque cada cosa que haces te hace feliz y ofrece felicidad a los tuyos. Si no hay reciprocidad no hay plenitud. Mira tu vida como si fuera un círculo: si no hay equilibrio contigo mismo y lo que te rodea, será difícil disfrutar de esa felicidad.
EO// Redacción de: José Monserratte