Los habitantes de esta parroquia de Maturín participaron en la procesión de San Vicente Ferrer, cantándole en la plaza junto a un mariachi y la Orquesta Sinfónica de El Furrial

En San Vicente viven las fiestas centenarias con tradición y devoción. Entre la tradición del ayer y hoy se viven las fiestas en la parroquia San Vicente en honor a su patrono. Allí la Alcaldía de Maturín, a través del Instituto Municipal de Cultura (Imculmat), ha sembrado el amor por las manifestaciones culturales, valorando los saberes populares y la unión entre la comunidad.

Las fiestas de San Vicente Ferrer, arribaron a 100 años de historia, y su gente participa en la programación religiosa, cultural, deportiva y recreativa que organiza el comité promotor encabezado por Yorman Torres, Yuscary Mata, Nancy Maita, Leonaldo Villarroel, Ruddy Rivero y Oscar Velásquez, quienes cuentan con el apoyo de la Alcaldía para hacer posible la edición centenaria de las fiestas patronales.

Este viernes 12 de abril, al caer la tarde los lugareños acompañaron al santo en su procesión por el casco central. Al llegar a la plaza central, San Vicente Ferrer fue recibido por un mariachi y el canto de los fieles devotos, para luego iniciar las actividades culturales con el poema de la joven Saddy Torrez.

Seguidamente, la presentación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de El Furrial, y más tarde, las danzas Evocación, Ilusión Criolla y Ritmo Star, invitadas desde la parroquia Alto de Los Godos.

Brillitt Jiménez, presidenta del Imculmat resaltó que San Vicente es un epicentro cultural muy importante para el Municipio. Por ello, cuenta con la segunda Casa de la Cultura bajo la tutela de la gestión liderada por la alcaldesa Ana Fuentes.

«Nuestra alcaldesa ha orientado acompañar a los santavicenteños en sus fiestas tradicionales, manteniendo la dinámica que por años ha unido a los residentes de esta zona fieles a sus costumbres», destacó Jiménez.

Ellos valoran y muestran gran entusiasmo por las actividades religiosas y culturales. En este lugar, las familias se reúnen alrededor de la plaza a compartir en juegos de dominó, truco y pichas, los más pequeños. También, las fiestas son el escenario ideal para que las nuevas generaciones demuestren sus talentos en el deporte y la cultura, agregó.

La población creció y hoy son 21 sectores los que conforman la parroquia ubicada en la zona Oeste del municipio Maturín.

Para entender la importancia de sus fiestas hay que conocer parte de su historia. Antes de llamarse San Vicente, el caserío era conocido como La Guacharaca, unas cuantas familias lo fundaron al huir hacia la zona alta de Maturín, para evitar los contagios de tuberculosis y otras pestes.

«El nombre es asociado a las particularidades de su gente: siempre alegres, parranderos y conversadores, todos se conocían en el pueblo y era frecuente escuchar en la plaza las historias de Pio Bermúdez, un historiador local».

Así lo contó Carmen Ramírez, quien tiene 52 años de edad y desde niña ha escuchado ese relato.

Legado cultural

Saddy Torrez, promotora cultural con 44 años de vida, dedicada a la transferencia de saberes en su amada San Vicente, manifestó que la población se ha expandido, y con ello se ha logrado posicionar las expresiones artísticas desde la Casa de Cultura, donde funciona un núcleo de la Escuela de Cultura, Arte y Tradición del Imculmat.
La danza es la principal demanda de las nuevas generaciones, por ello, Torrez desde el año 2003 viene trabajando con una agrupación que en sus inicio se llamó Los Capullitos.

«Las bailarinas crecieron y ahora la nueva generación de la danza son esas hijas orgullosas de sus madres, que incluso le trajeron a Monagas triunfos nacionales al ganar festivales dancísticos», detalló.
El legado de esta promotora cultural, es reconocido por parte del Imculmat, que este sábado 13 de abril como parte de la programación de las fiestas patronales, le entregará junto a otras personalidades un reconocimiento como valuarte cultural de esa parroquia.

Juventud del ayer

Eulices Campos, a sus 65 años recuerda con especial atención las fiestas patronales en la época de su niñez.

«Los niños esperaban con alegría la fechas en honor a San Vicente Ferrer, desde la mañana jugábamos a las carreras, las pichas y competencias de sacos, mientras mi papá se preparaba para ir a los gallos. Mucha gente visitaba el pueblo, y era porque teníamos muchas diversiones como la lotería comunitaria en la plaza y los juegos de barajas», relató.

Hoy mis nietos también disfrutan pero les gusta más el baile y los adultos mayores seguimos reunidos en la plaza para compartir, agregó la señora Campos, quien este año se animó a ser más proactiva participando en el Reinado de la Reina Mayor de San Vicente.

Juana Gregoria Arauco, tiene 62 años y 42 de haberse mudado de Barinas a Maturín. Ella como buena llanera es profesora de joropo y viene enseñando sus saberes a los estudiantes de las escuelas de San Vicente y Pueblo Libre.

Este año también fue parte del Reinado de la tercera edad y, es que además de bailar es muy coqueta y parrandera.

EO// Por: Durfelix Rivas /// Con información de: Prensa Alcaldía de Maturín