«En la casa de mis padres sentí que el temblor nunca terminaría». La cadena CNN, compartió testimonio de uno de los sobrevivientes del temblor en Turquía. «Mis padres se despertaron aterrorizados, gritando mientras el suelo temblaba debajo de nosotros. Les grité que se pusieran a cubierto«.

“Va a terminar pronto, va a terminar pronto”, grité, incluso cuando parecía que nunca terminaría.

Eran poco más de las 4:15 a.m. y estaba en la casa de mis padres en Gaziantep, al sur de Turquía. El barrio estaba sumido en la oscuridad cuando sentí el primer temblor.

No estaba demasiado preocupado al principio. Es solo otro sismo menor, del tipo que sentimos cada dos meses por aquí, pensé. Pero luego el temblor se hizo más y más fuerte.

Solo unos segundos después, se movía tanto que los muebles se caían y podía escuchar los objetos rompiéndose. Mis padres estaban gritando. “Quédense debajo de los marcos de las puertas”, les grité, rogándoles que mantuvieran la calma.

La fuerza se sentía como si alguien tratara de derribarme, podía sentir las violentas reverberaciones en mi pecho. Caí al suelo. El temblor siguió. Pasaron minutos antes de que finalmente se detuviera.

Salimos corriendo de la casa, en pijama y pantuflas. Hacía mucho frío y llovía a cántaros. Había nieve en el suelo. Todo el barrio estaba en las calles.

Veinte minutos después, justo cuando pensábamos que podría haber terminado, llegaron las primeras réplicas. Conté 11, una tras otra.

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