El primer paso para considerarte mejor es empezar a valorarte y buscar cosas buenas dentro de ti, que es seguro que encuentras más de un factor positivo y lo maravilloso que eres

Empieza a valorar lo maravilloso que eres como persona-. Antes de todo, se tiene que saber que es lo que es el amor propio; es la relación que tenemos con nosotras mismos. Es conocerse y aceptarse tal como uno es. Esto no quiere decir que pensemos o nos creamos que somos perfectos, sino que también podamos reconocernos en las imperfecciones sin dejar de valorarnos.
Este valor es importante porque sienta las bases de nuestra relación con nosotros. Cuando practicamos el amor propio, nos aceptamos por lo que somos y reconocemos nuestra valía, lo que repercute de forma saludable, aunque no lo creas, en nuestra autoestima.
Nos anima a cuidarnos, tanto física como emocionalmente, y nos ayuda a protegernos de influencias externas que podrían mermar nuestra autoestima. Sentirnos bien con nosotros mismos nos permite tener más confianza y tomar decisiones más saludables, tanto en nuestra vida personal como profesional.
Te puede interesar: 11 de abril | La fecha que marcó la revolución
Por desgracia, cultivar el amor propio puede ser difícil. Vivimos en una cultura que suele dar mucha importancia a la belleza física y a las posesiones materiales, lo que puede dificultar que nos aceptemos y apreciemos de verdad.
También podemos haber interiorizado lo negativo de nuestro pasado que nos dificulten reconocer nuestra valía, lo que provoca que nos odiemos por lo que somos en el presente: Nuestra sociedad nos presiona a menudo para que nos comparemos con los demás, lo que puede provocar sentimientos de inadecuación e inconformidad.
Por ende el primer paso para considerarte mejor es empezar a valorarte y buscar cosas buenas dentro de ti, que es seguro que encuentras más de un factor positivo y lo maravilloso que eres.
Si tienes poca confianza en ti mismo, baja autoestima o te cuesta encontrar el amor para ti mismo, quizá sea buena idea hablar con alguien.
EO// Redacción de: José Monserratte