Venezuela suma unos 100.000 contagiados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), según lo publicado en 2020 por el Ministerio de Salud
Embarazadas con VIH viven entre el estigma y la esperanza. María nació hace 22 años de una madre seropositiva pero nunca contrajo el virus gracias al tratamiento oportuno que ambas recibieron durante el embarazo y en los primeros días después del nacimiento.
Fue la Fundación Innocens, una ONG en el estado Zulia, que coordinó todo, desde los medicamentos, pasando por la cesárea obligatoria y el suministro de la leche maternizada. Pero la mayoría de las mujeres en esta condición dependen del sistema público de salud, en crisis perenne, plagado de estigmas, sin un proceso estandarizado y muy «a discreción» del tratante.
María, que pidió cambiar su nombre, recién se enteró a los 14 años de la condición de su madre, es ahora voluntaria en la ONG que les brindó asistencia y que desde hace tres décadas atiende a miles de mujeres en uno de los principales hospitales de Maracaibo, la capital de Zulia.
Su madre «cumplió el tratamiento al pie de la letra y así fue como nací completamente sana», relata la joven a la AFP. Venezuela suma unos 100.000 contagiados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), según un informe del Ministerio de Salud publicado en 2020, que precisa que del total, 73.147 conoce su estado serológico y 56.038 recibe tratamiento de forma gratuita.
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Embarazadas con VIH en Venezuela: «Estigma y discriminación»
Un total de 404 mujeres embarazadas con VIH en Venezuela fueron atendidas en la red pública en 2020. Otras 75 fueron diagnosticadas después de dar a luz y sus bebés pasaron a recibir el protocolo para expuestos al virus; 2,8% de los recién nacidos fueron seropositivos ese año, refleja el reporte oficial.
«Se logró incrementar la entrega de antirretrovirales a las mujeres que fueron diagnosticadas durante su etapa de gestación», según el informe.
No obstante, María Graciela López, expresidenta de la sociedad de Infectología de Venezuela, estima que «la atención a las embarazadas seropositivas queda a discreción de los profesionales de cada centro» de salud. La organización especializada Acción Solidaria ha denunciado por su parte «estigma y discriminación» hacia la mujer infectada en los hospitales.
«Fortalecer el programa»
En Zulia, otrora capital petrolera venezolana, el protocolo común en centros de salud ha sido remitir a las pacientes a Inoccens, que Cecilia Bernardoni fundó en 1994 como una promesa al primer niño con sida que atendió como odontóloga tras el rechazo de otros colegas, temerosos de contagiarse.
«Necesitamos fortalecer el programa de prevención en las maternidades», insiste esta mujer de 79 años bautizada como el «ángel de los niños con VIH». «No solo es atenderlos sino garantizarles la vida, que puedan continuar viviendo». «El programa solo se cumple acá» en Inoccens, critica por su parte Arelis Lleras, infectóloga de la fundación.
Los casos no obstante han saltado en la fundación en los últimos años: de 30 en 2019 a 64 en 2021 y en lo que va de este año ya suman 68. El confinamiento por el covid-19, la falta de controles y la imposibilidad de trasladarse a centros asistenciales impulsaron el salto. «Hemos tenido semanas con casos nuevos todos los días», alerta por su parte Clara Urbina, psicóloga de la ONG.
EO// Con información de El Nacional