El chisme es una fuente del morbo placentero, dejando daños colaterales devastadores, en lo emocional y personal
El veneno social enmascarado de cuentos y conversaciones cívicas

El veneno social enmascarado de cuentos y conversaciones cívicas.- Es considerado como un malestar social disfrazado de conversación inocente, el cual erosiona los pilares de una buena ciudadanía. La conversión de la vida ajena en moneda de cambio aplasta la confianza principal entre amigos y compañeros.

Fuera del morbo placentero momentáneo, los efectos son daños colaterales devastadores. Heridas emocionales agudizadas, relaciones amistosas y amorosas quebradas y reputaciones destrozadas. Los convertidos en objeto de murmuración, es víctima de un daño real, sin derecho a réplica.

Asimismo, se convierte en el antónimo de una convivencia respetuosa, que la comunidad sana necesita para un buen surgimiento, como la prosperidad en cooperación y tranquilidad.

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El chisme viola y cosifica sin miramientos el respeto a la dignidad inherente y la privacidad de cada persona. Fomentando un ambiente de sospecha constantes, donde todos son víctimas y victimarios en potencia. Minando la solidaridad comunitaria y el sentido de pertenencia de la misma en el marco de la unión.

Es hipócrita condenarlo cuando se es parte del mismo y nos convertimos en propagadores de esta patología. El reconocimiento de nuestra participación es el primer paso para fracturar el ciclo tóxico y construir una ética ciudadana más solidificada. Basándonos en la integridad y respeto mutuo.

La cultivación y el pensamiento crítico ante rumores es esencial, inclusive, nos convierte en seres valientes. Es esencial optar por conversaciones que aporten, edifiquen, nutran, unan y rechacen ampliamente el veneno del cotilleo infundado por quienes aportan y siembran discordia.

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Un acto de responsabilidad civil, es rechazar aquellas conversaciones que no contribuyen al bien común, y que irrespeten la dignidad ajena. Lo he repetido en diversas oportunidades, seamos puentes para crear mejores vínculos ciudadanos, basándonos en el respeto, la empatía y alejando las divisiones que quiebran el poco tejido social que debemos preservar.

EO// Redacción Víctor Hugo Rodríguez

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